El uso de las freidoras de aire ha aumentado considerablemente, con 1,6 millones de unidades vendidas solo el año pasado. Este auge se debe a la posibilidad de cocinar de manera más saludable y económica, sin necesidad de utilizar aceite. Aunque se les denomine "freidoras", en realidad son pequeños hornos de convección que permiten una gran variedad de recetas.
Sin embargo, es importante vigilar la temperatura máxima de la resistencia, especialmente cuando se preparan patatas o alimentos con cereales como galletas o bizcochos, ya que este tipo de alimentos, si se cocinan a más de 195 ºC, pueden generar acrilamida, una sustancia tóxica y potencialmente cancerígena, advierte la OCU.
La OCU ha analizado más de 75 modelos de freidoras de aire y encontrado notables diferencias en la preparación de los platos, el tiempo cocción y la facilidad de uso. Las diferencias de calidad en la preparación se observan sobre todo en recetas como quiches, bizcochos y, por supuesto, patatas fritas, el alimento más popular en las freidoras de aire. Para otros platos como alitas de pollo o rollitos de primavera, los resultados suelen ser buenos en la mayoría de los modelos.
Para optimizar su uso, la mayoría incluyen programas automáticos para diferentes alimentos, como carne o verduras, y algunos modelos ofrecen un libro de recetas para expandir las posibilidades culinarias. Además, hay funciones extra útiles, como:
Otro factor importante es la capacidad de la freidora, que suele ser menor de lo anunciado, según la OCU. Es recomendable calcular unos 400 gramos de patatas congeladas por persona para determinar el tamaño adecuado. Además, no conviene exceder el límite de capacidad de la cubeta, ya que esto afecta a la uniformidad en la cocción y podría quemar ciertas áreas.
En cuanto a la potencia, esta no es un factor clave, ya que generalmente está adaptada al tamaño del aparato. El precio, por otro lado, sí lo es, y aunque algunas freidoras superan los 200 euros, es posible encontrar modelos eficientes por menos de 100 euros.