Las fuerzas de seguridad de América Latina han aumentado el uso de las armas menos letales para reprimir protestas. "Muchos gobiernos están naturalizando la idea de que las manifestaciones pueden ser disueltas, cuando es deber de los estados proteger la libertad de expresión, de reunión y manifestación", advierte un informe del Cels y la ONG Temblores. El informe agrega que el uso de estas armas debe ser regulado y controlado.