No es la idoneidad, es la intención. No es la persona, es el método. José Luis Escrivá no es el economista más brillante del país pero tiene experiencia y conocimiento suficientes para que su designación al frente del Banco de España no constituya un disparate técnico. Sólo que eso a Pedro Sánchez le da igual porque el mensaje que quiere trasladar es ajeno a la competencia y al mérito. Y consiste simplemente en dejar claro que al supervisor financiero también lo va a controlar el Gobierno. Justo al revés de lo que establece su reglamento. Hay en el ámbito ideológico de la socialdemocracia muchos profesionales solventes para ocupar esa plaza. Incluidas mujeres, condición que para presidir el Poder Judicial ha...
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