Sabine Taasa, sobreviviente del ataque de Hamás del 7 de octubre, cuando perdió a su esposo y a su hijo de 17 años, instó a expertos de la ONU a que dejen de culpar a Israel y se centren en el drama infligido a los niños israelíes.
"Necesito que dejen de culparnos", dijo Taasa, cuyo hijo fue asesinado y su muerte filmada por los milicianos islamistas.
Antes de que los integrantes de Hamás invadieran la casa de Taasa en la aldea de Netiv Hasara, su hijo mayor, Or, que se dirigía a la playa, la llamó.
La mujer que se lo escuchaba aterrorizado, pero la instó a no preocuparse, y dijo: "Mamá te prometo que todo estará bien". Fue asesinado segundos después.
Otros milicianos entraron en la casa de Taasa y arrojaron una granada. Su esposo Gil, un bombero, murió al lanzarse sobre el explosivo para proteger a sus hijos, que resultaron heridos.
El más joven, Shay, que ahora tiene nueve años, perdió un ojo.
"No somos criminales", dijo, insistiendo en que Hamás "es el terrorista, el demonio que matan a niños, mujeres, hombres y ancianos".
Taasa, en una entrevista con AFP luego de su testimonio, dijo que sus tres hijos sobrevivientes quedaron profundamente traumatizados.
Antes de su testimonio el comité de derechos del niño había subrayado las obligaciones de Israel de garantizar que se respeten los derechos de los niños no solo en Israel, sino también en los territorios palestinos bajo su control efectivo.
Varios de los 18 expertos independientes del comité expresaron su preocupación por la situación de los niños en Gaza, donde la campaña de Israel contra Hamás mató más de 40.800 personas según cifras de los islamistas.
El ataque de Hamás a Israel resultó en la muerte de 1.205 personas, en su mayoría civiles e incluyendo rehenes asesinados en cautiverio.
