Hablando con un sacerdote que se esfuerza por cumplir su vocación, me dice que hay mucha duda y preocupación en esta sociedad en la que vivimos y en donde hay que poner el acento. Yo solamente soy un seglar anciano, pero católico, como diría Marcelino Menéndez Pelayo, ilustre santanderino, a “machamartillo”.