La Bolsa de Nueva York abrió este miércoles en terreno mixto después de que la sesión anterior se cerrara con importantes caídas de los valores tecnológicos; principalmente de Nvidia, que retrocedió 9.3 por ciento, con lo que impactó negativamente la cotización del S&P 500.
Doce minutos después del toque de campana, el propio S&P 500 registraba una mínima subida del 0.02 por ciento, hasta los 5 mil 529 puntos, pero se movía entre el terreno positivo y el negativo; mientras que el Dow Jones de Industriales crecía 0.21 por ciento, hasta los 41.023 enteros, y el tecnológico Nasdaq cae 0.35 por ciento, hasta las 17.076 unidades.
Contemplando los tres índices, el martes 3 de septiembre fue el peor día desde la ventas masivas y temores de recesión sucedidos el 5 de agosto, debido a las dificultades de las empresas de chips y a que los últimos datos económicos apuntan a una ralentización del crecimiento de la economía estadounidense.
Además, en la jornada del martes, el sector de tecnología de la información del S&P 500 lideró la caída del índice general y registró su peor sesión desde septiembre de 2022.
Según medios especializados, Nvidia, que en la apertura de hoy cotizaba en torno al -1 por ciento, recibió una citación del Departamento de Justicia estadounidense en el marco de una investigación antimonopolio.
Esa medida, sumado a que los inversores podrían estar deshaciéndose de acciones volátiles a la espera de la decisión de la Reserva Federal (Fed) sobre las tasas de interés, provocó el desplome ayer de Nvidia, que le costó 279 mil millones de dólares de su capitalización bursátil.
“El mercado ha contado hasta ahora con que el despliegue masivo de las infraestructuras de inteligencia artificial (IA) (...) Sin embargo, existen riesgos infravalorados en lo que respecta a la magnitud y el ritmo de adopción de la IA generativa”, aseguró hoy el analista Hyun Ho Sohn de la gestora de fondos de inversión Fidelity International.
Además, de acuerdo a otros expertos, Wall Street tendrá que lidiar en septiembre, un mes históricamente flojo para la renta variable y el peor de media para el S&P 500 en los últimos 10 años, con la estacionalidad.