Donald Trump presume, no sin razón, de ser un virtuoso a la hora de capturar la atención de todo el mundo. En la campaña del 2016, cuando el público en sus mítines se empezaba a distraer con tanta mentira y conspiranoia, descubrió que podía recobrar su entusiasmo hablando de construir un muro en la frontera con México. No importaba que su promesa tan nacional-populista fuera una simplista ocurrencia medieval para un complejo problema del siglo XXI. En el reportorio de Trump, la segunda parte del muro es la deportación masiva de inmigrantes sin papeles. De hecho, el expresidente lleva desde 2015 hablando del tema. Sin que fuera causalidad que los delegados de la Convención Nacional Republicana celebrada el pasado julio...
Ver Más