Hace casi dos años, un 4 de septiembre del 2022, la ciudadanía rechazaba por una amplia mayoría la propuesta de nueva Constitución redactada por la Convención Constitucional. Un proceso que inició tras el estallido social, y que derivó en un texto que contenía un total de 132 derechos.
En diálogo con Radio y Diario Universidad de Chile el exconvencional, Marcos Barraza (PC), profundizó en lo ocurrido durante esta etapa en el país y sus efectos posteriores.
“La expectativas de transformación y de cambio social siguen teniendo vigencia en Chile”, partió su análisis. “Es una mirada longitudinal en términos de expectativas ciudadanas, de emociones que prevalecen en la sociedad chilena, de lecturas sobre la desigualdad, los abusos. Muestran que en Chile, no obstante la derrota política del 4 de septiembre, se mantiene una adhesión a los cambios”, agregó respecto de la visión actual, más allá del resultado de hace dos años.
El exconvencional reforzó el mensaje de que, más allá de los intentos por tener una nueva Constitución que fallaron, se mantiene la idea de fondo que inició todo. “Pese a la sensación y a la vivencia de frustración tras la derrota, el ciclo político que se abre el 18 de octubre del 2019 por construir un país más justo, más igualitario, tiene plena vigencia”, remarcó.
Sin embargo, en su análisis, Barraza no quedó ajeno a las “razones políticas” que explican la derrota del 4 de septiembre. Para el también exministro, el “manejo comunicacional de la derecha y extrema derecha arrastró a sectores de centro para el rechazo“. Y lo mismo ocurrió con los propios problemas de la Convención Constituyente, “en términos de que, así como contenía grandes temas transformacionales, también contenía materias que no eran del interés ciudadano”.
“Hubo un error de apreciación respecto de cuál eran las urgencias principales”, detalló el exconvencional con autocrítica, pero volvió a tirar sus dardos contra la derecha y el sector empresarial. Si bien asegura que tras el 18 de octubre de 2019 algunos “sectores conservadores, incluso de empresarios, hicieron un mea culpa respecto de las desigualdades e injusticias en Chile, lo hicieron desde una lógica más bien funcional defensiva”.
“Rápidamente, iniciado el proceso constituyente, optaron por la lógica preservadora del status quo. Hubo un manejo comunicacional orientado al desprestigio de la Convención. En la medida que se convirtió en institucionalidad, también es presa de la desconfianza ciudadana”, recalcó Barraza.
Además, remarcó que el “obstruccionismo” de la oposición se ha arrastrado desde la fecha hasta la actualidad en discusiones de distintas reformas. “Hay una derecha y una élite del gran empresariado que persistentemente han obstruido las transformaciones en nuestro país”, lanzó.
Sin duda, la derrota que significó para la izquierda el rechazo a la propuesta de Constitución sigue dando vueltas en algunas de las colectividades que participaron por el Apruebo. Para Marcos Barraza, no obstante, el foco debe estar puesto hoy en “no perder los ímpetus de transformación”.
“Retomar la iniciativa social, poner al centro las expectativas ciudadanas. Ese es un esfuerzo colectivo”, afirmó el exministro respecto de la unión necesaria y el camino a seguir por la izquierda en Chile, tomando como lección lo ocurrido en la Convención.
En esa línea, apunta a las respuestas “situacionales” y de “largo plazo”. Sobre lo primero, aseguró que es necesario “tener una mirada común” en las fuerzas de izquierda. “Que pongan al centro objetivos superiores, como detener el avance de la derecha. En mi opinión, la lista de alcaldes y alcaldesas a nivel nacional están bien direccionados, porque aquí la dicotomía entre el mundo político y el mundo social no le hace bien a las transformaciones”, observó Barraza.
A largo plazo, en tanto, ve como necesario “un fortalecimiento del tejido social y de las lógicas de organización de la ciudadanía para que hagan relevar sus puntos de vista y planteamientos (…) de manera que haya sintonía entre el sistema político y la expectativa ciudadana”.