«¡Soy el rey del mundo!». Quién no recuerda la inolvidable escena en la que Leonardo DiCaprio enseñó a 'volar' a Kate Winslet a lomos del Titanic . La imagen más recordada de la película de 1997 dirigida por James Cameron se mantiene inalterable al paso del tiempo. No así la emblemática proa del transatlántico hundido, que hasta ahora ha sido un icono de su resistencia al océano y el tiempo. Una nueva expedición al pecio ha constatado el lento deterioro del buque, tras 112 años en el fondo del Atlántico Norte. «Un cambio notable es la pérdida de una sección de 15 pies (4,5 metros) de barandilla de la proa del lado de babor», alerta RMS Titanic Inc . La empresa estadounidense que vela por el legado del Titanic ha publicado algunas de las más de dos millones de imágenes que tomó el pasado julio el equipo de la ' Expedición Titanic 2024 ' y que «revelan muchos cambios en el lugar de los restos y proporcionan una idea de cómo el gran revestimiento se está deteriorando». La alteración más significativa la detectaron el 29 de julio cuando, emocionados por echar el primer vistazo a la silueta más familiar del buque, descubrieron que «a la barandilla que rodeaba la cubierta del castillo de proa, que alguna vez estuvo milagrosamente intacta, le faltaba una sección de 15 pies de largo en el costado de babor». El equipo de la expedición y sus socios de 3D at Depth revisaron inmediatamente las imágenes multihaz de dos días antes para confirmar que esa parte de la baranda se había caído en una sola pieza y se encontraba en el fondo marino , justo debajo. «El drástico cambio en la célebre imagen es un recordatorio de que el Titanic se está deteriorando », constatan desde RMS Titanic, que anuncia «una revisión más exhaustiva» en las próximas semanas sobre el estado del pecio y de sus cambios a lo largo del tiempo. Aunque la pérdida del Titanic «es inevitable», aseguran que esta evidencia fortalece su misión de preservar y documentar lo que se pueda «antes de que sea demasiado tarde». Durante la búsqueda de artefactos para su posterior recuperación, se redescubrió una estatuilla de bronce de 60 centímetros de altura de la diosa romana Diana que se creía perdida. Basada en una original exhibida en el Louvre y conocida como la ' Diana de Versalles ', ocupaba un lugar central en el salón de primera clase, sobre la repisa de la chimenea. La figura, que encarnaba el estilo palaciego del Titanic, quedó caída entre escombros tras la colisión del buque con un iceberg y su posterior hundimiento en el que fallecieron unas 1.500 personas. Aunque fue fotografiada una vez en 1986, «una tradición de secretismo en torno al naufragio del Titanic aseguró que su ubicación permanecía desconocida», recuerda la empresa organizadora de la expedición, orgullosa de mostrar ahora detalles de la estatua que no se habían visto en 112 años. En una inmersión anterior, un socio creyó avistar a la Diana de Versalles y proporcionó información al equipo de la última expedición para que encontrara la pieza. La hallaron el último día, a pocas horas de dar por concluidos los trabajos, y Marine Imaging Tecnohologies la pudo fotografiar. El pasado 1 de septiembre se cumplieron 39 años del descubrimiento del naufragio más famoso del mundo . Aquel día de 1985, el sumergible Argo de la expedición que lideraba Robert Ballard capturó las primeras imágenes del pecio. Desde entonces se han llevado a cabo múltiples inmersiones que han ayudado a comprender esta célebre tragedia histórica.
