DICE María Jesús Montero –y repite aplicado Espadas–, que cualquier comunidad puede reclamar y negociar con el Gobierno su singularidad y, por ende, su particular gestión tributaria. A falta de un argumentario que honre lo perpetrado en Cataluña, –harto difícil porque como decía 'Guerrita': «lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible»–, la ministra ha fabricado una trampa para incautos: el cupo a demanda. La paternalista oferta ya está esperando al primer tonto útil que se apunte. Pero no cuela ni en las otras pocas comunidades donde gobierna ahora el PSOE. No parece que García-Page esté dispuesto a perder su áurea de l'baron terrible y Barbón ha salido también contestón, a pesar de que, visto lo...
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