El PSOE ha puesto oficialmente este lunes en marcha la maquinaria orgánica para la renovación del partido y su Ejecutiva Federal ha marcado en el calendario la fecha del Congreso en el que Pedro Sánchez aspira a revalidar y consolidar su liderazgo: los días 15, 16 y 17 de noviembre en Sevilla. El líder socialista y presidente del Gobierno ha iniciado esta maniobra y decidido celebrar un Congreso Federal -no estaba previsto hasta otoño de 2025- en pleno debate sobre el acuerdo con ERC en Cataluña, que ha cosechado críticas desde varias federaciones socialistas. El Ejecutivo también tiene abierto el proceso de negociación para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, que se ha comprometido a presentar en el Congreso pero no tiene garantizados los apoyos para sacarlos adelante, una vez que se tambalea la mayoría parlamentaria que permitió la investidura de Sánchez. «El PSOE es el partido político más importante del país; el partido que más se parece a España. Esa responsabilidad requiere de un refuerzo del armazón ideológico del partido para hacer frente nuevos desafíos que afronta la sociedad», ha reivindicado en rueda de prensa en la sede del PSOE de la calle Ferraz de Madrid la portavoz del partido, Esther Peña. La Ejecutiva Federal del PSOE se ha reunido este lunes para convocar un Comité Ejecutivo el próximo sábado día 7, que será el encargado de convocar formalmente el Congreso del mes de noviembre. El de este lunes ha sido un escenario fácil, con Sánchez rodeado de fieles que le han aplaudido cuando ha revelado su intención de presentarse para volver a ser elegido secretario general de los socialistas. Sin embargo el del sábado puede ser un cónclave más complicado ya que, además de los miembros de la Ejecutiva federal, en el Comité Ejecutivo tienen asiento los líderes territoriales del PSOE, muchos de ellos muy críticos durante las últimas semanas con el acuerdo alcanzado en Cataluña para la investidura de Salvador Illa como 'president'. En Ferraz sin embargo han restado importancia a esas críticas y han erigido al PSOE como un partido que no rehúye el debate. El sábado será precisamente el lugar apropiado para que cada uno exponga su postura y esta se someta a debate, ha emplazado Peña. La dirección socialista reivindica que el acuerdo para Cataluña abre la oportunidad de negociar el modelo de financiación de todas las comunidades autónomas y que todas hagan propuestas que defiendan los intereses de sus ciudadanos. «Me gustaría que el resto de presidentes autonómicos, muchos del Partido Popular, tengan agallas mostrar propuestas que defienda el interés de sus vecinos, sus territorios y servicios públicos», ha retado la portavoz de la Ejecutiva socialista. Entonces será cuando el debate se convierta en «mucho más interesante», ha insistido recordando que muchas comunidades cuentan ya con singularidades en su financiación e incluso recogidas en sus estatutos de autonomía: «A veces el ruido es ensordecedor y no nos damos cuenta de que lo que criticamos en la casa de al lado lo tenemos escrito con orgullo en la propia». Peña ha aludido a las singularidades de Canarias y Baleares debido a su insularidad, pero también a las provincias de Teruel, Cuenca y Soria, con bonificaciones sociales para paliar los efectos de la despoblación. Lo que ha pasado por alto es que ninguna de estas regiones cuenta con la capacidad de recaudar sus propios impuestos, que es el asunto que está a debate en Cataluña y ERC da por su puesto para mantener su apoyo al Gobierno. Peña ha eludido el debate semántico sobre la definición de la financiación catalana como un concierto o un cupo pero sí ha restado importancia a quién sea el recaudador, si el Estado o la Generalitat. «No es tan importante quién recauda o quién gestiona, lo que los ciudadanos quieren es recibir un buen servicio público y de calidad», ha dicho dejando en el aire qué es exactamente lo pactado con Esquerra. En cambio, ha aprovechado para atacar al PP y su «concierto con los millonarios» y el 'dumping' fiscal del que ha acusado a la Comunidad de Madrid.