En agosto, el mercado de valores vivió un período de ida y vuelta tras una corrección cercana al 10% a principios de mes, impulsada por una economía que sigue expandiéndose, un crecimiento de los beneficios positivo y señales de que la Reserva Federal podría relajar sus políticas en el futuro cercano. Sin embargo, mientras las expectativas elevadas afectaron a las gigantes tecnológicas, otras acciones rezagadas aprovecharon la oportunidad para recuperarse.
Las tecnológicas de gran capitalización, como Nvidia, que habían liderado el mercado en meses anteriores, sufrieron una mayor corrección debido a la dificultad de mantener su alto ritmo de crecimiento en un entorno de valoraciones más exigentes. A pesar de superar las estimaciones en ventas y ganancias, los resultados de Nvidia no lograron impresionar al mercado, reflejando un desafío mayor para estas empresas a medida que las expectativas se vuelven cada vez más difíciles de satisfacer.
Por otro lado, la demanda de inteligencia artificial (IA) sigue siendo sólida, lo que continúa impulsando la inversión en este sector, aunque el crecimiento muestra signos de desaceleración. Esta dinámica ha permitido que otras áreas del mercado, más allá de las grandes tecnológicas, ganen protagonismo, con un crecimiento de ganancias más equilibrado en sectores como finanzas, salud y servicios públicos.
En el ámbito macroeconómico, la Fed señaló en el simposio de Jackson Hole que podría estar cerca de iniciar un ciclo de recortes de tasas, mientras la inflación avanza hacia su objetivo del 2%. Esta expectativa ha generado un optimismo cauteloso en los mercados, que anticipan una política monetaria menos restrictiva, lo que podría ser positivo para las acciones si la economía sigue mostrando resiliencia.
A medida que el mercado se adentra en los próximos meses, históricamente desafiantes hasta las elecciones de noviembre, los inversores se preparan para posibles resurgimientos de volatilidad. Sin embargo, el inicio de un ciclo de recortes de tasas, si se concreta, podría proporcionar un soporte adicional al mercado, especialmente en un entorno donde la economía no muestra signos de recesión.
Si bien los recortes de tasas no son una panacea, la reducción gradual de los costos de endeudamiento debería ayudar a respaldar el gasto de los consumidores y las empresas. Desde una perspectiva de mercado, el inicio de un ciclo de recortes de tasas que no coincide con una recesión históricamente ha llevado a fuertes retornos de la renta variable 12 meses después del primer recorte de tasas.
Y en el espacio de renta fija, la trayectoria más baja de las tasas de política ha llevado a retornos consistentemente positivos de los bonos de grado de inversión, al tiempo que resalta el riesgo de reinversión de las inversiones en efectivo a corto plazo.