Los observadores más atentos han notado alguna vez diferencias entre las formas de representar en Semana Santa el momento de la sentencia del Señor . Para muchos, debía llevar corona de espinas, pero el Señor de la Sentencia de Córdoba aún no muestra heridas. ¿Qué sucede? Para empezar, los Evangelios tienen formas distintas de contarlo. A la versión de San Mateo responderían el conjunto de la Sentencia, el primero en formarse. Los relatos de San Mateo y San Juan explican que Pilato no sabía si condenar a muerte a Jesús, porque no encontraba culpa en él. Para eso apeló a la costumbre de liberar a un preso por la Pascua, y dio a los judíos la posibilidad de escoger entre Jesús y Barrabás . La advocación del titular del Císter es elocuente: Nuestro Padre Jesús de la Sangre en el Desprecio del Pueblo , que prefiere al que según las escrituras era un bandido. Y si muestra la frente ensangrentada no es todavía por heridas, sino por el sudor de sangre del Huerto de los Olivos . En eso coinciden San Juan y San Mateo: la elección entre Barrabás y el Señor fue antes de la flagelación y coronación. Poco después, dice San Mateo, fue la Sentencia como tal, y eso muestra la cofradía de San Nicolás. La imagen de Cerrillo se concibió para un misterio que se llamaba de Jesús ante Pilato , es decir, anterior al momento de la condena, pero aún así el relato del primer Evangelio dice que la flagelación y coronación de espinas fueron posteriores. En la carrera oficial de la Semana Santa de Córdoba 2025 se podrá ver un nuevo misterio, y es el de la Presentación al Pueblo . El Señor de los Afligidos sí que muestra las heridas del látigo y la corona de espinas . El cambio llega porque el Evangelio de San Juan, el que se lee en los Oficios del Viernes Santo en toda la Iglesia, sí dice que este castigo se le dio antes de la sentencia. El procurador quería dar un escarmiento para conmover a la turba y que le perdonase la vida. Por eso lo mostró así, en el momento llamado del 'Ecce Homo ', por la frase de la Vulgata. No fue suficiente: el pueblo, que ya había preferido a Barrabás, insistió en su muerte. Los Evangelios abundan en distintos relatos de la Pasión, pero todos acaban con la muerte para redimir los pecados y con la Resurrección para dar sentido a la vida cristiana.
