El ejército israelí anunció el domingo que recuperó los cadáveres de seis rehenes capturados por Hamás en la Franja de Gaza y el primer ministro Benjamin Netanyahu prometió "ajustar cuentas" con el movimiento islamista palestino, en guerra contra Israel.
Los restos de los rehenes fueron hallados el sábado "en un túnel subterráneo en la zona de Rafah", en el sur del territorio palestino, y "trasladados a Israel donde fueron formalmente identificados", indicó un comunicado castrense.
"Quienes matan a rehenes no quieren un acuerdo" para una tregua en Gaza, afirmó Netanyahu en un comunicado, en el que advirtió, aludiendo a los líderes de Hamás: "los perseguiremos, los atraparemos y ajustaremos cuentas".
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que los rehenes fueron "asesinados a sangre fría por Hamás".
El presidente estadounidense, Joe Biden, señaló que entre los cuerpos recuperados estaba el del israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin y dijo estar "devastado".
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se mostró "horrorizado", mientras que el primer ministro británico, Keir Starmer, afirmó "estar conmocionado".
Goldberg-Polin, de 23 años, fue uno de los 251 rehenes tomados por milicianos de Hamás en su ataque del 7 de octubre en el sur de Israel, que desató la actual guerra en Gaza.
Los otros cinco rehenes recuperados fueron identificados por el ejército israelí como Carmel Gat, Eden Yerushalmi, Alexander Lobanov, Almog Sarusi y el sargento Ori Danino.
"Me gustaría decirles cuánto lo lamento y pedirles perdón por no haber logrado devolver a Sasha con vida", dijo Netanyahu por teléfono a los padres de Lobanov.
Un mando del movimiento islamista palestino, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que varios rehenes murieron "por disparos y bombardeos de los ocupantes israelíes" y que algunos de ellos formaban parte de la lista de la organización de personas que serían liberadas durante la primera fase, si se concreta un acuerdo para un alto el fuego.
La central sindical de Israel Histadrut convocó una "huelga general" en Israel para forzar al gobierno a llegar a un acuerdo para liberar a los últimos rehenes. También el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, y las familias de los rehenes llamaron a huelga.
El ejército israelí lanzó una gran operación el miércoles en Cisjordania ocupada, con bombardeos e incursiones de blindados en Yenín, Naplusa, Tubas, Tulkarem, y en campamentos de refugiados, donde los grupos armados que combaten a Israel tienen una fuerte presencia.
Según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina, el ejército israelí mató a al menos 24 palestinos en Cisjordania desde el miércoles.
La policía israelí informó que tres de sus efectivos, dos hombres y una mujer, murieron el domingo "en un tiroteo" tras un ataque en el retén de Tarkumiya, cerca de Hebrón.
El ejército israelí informó durante la tarde que abatió al atacante responsable del tiroteo.
Este ataque no fue reivindicado, pero Hamás lo consideró "una respuesta natural a las masacres del pueblo palestino".
En Gaza, pese a los estragos de la guerra entre las fuerzas israelíes y Hamás, comenzó una campaña de vacunación contra la polio.
"Es absolutamente necesario que se les vacune", declaró a AFP Ghadir Haji, mientras la familia esperaba en la cola de vacunación en la clínica del campo de refugiados de Al Zawayda.
Louise Wateridge, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), dijo por la tarde que la campaña está siendo un "éxito" con "miles de niños vacunados".
La Organización Mundial de la Salud afirmó que Israel aceptó implementar "pausas humanitarias" de al menos tres días en varias partes del territorio para facilitar la campaña.
Netanyahu, sin embargo, aclaró que estas "pausas" no constituyen "un alto el fuego".
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, estimó por su parte que, para los niños de Gaza, "la mejor vacuna (...) es la paz".
El objetivo es inmunizar a más de 640.000 niños menores de 10 años.
La guerra en Gaza, que sumió a los 2,4 millones de habitantes de ese territorio en una situación humanitaria catastrófica, se desencadenó el 7 de octubre.
Ese día, los milicianos islamistas de Hamás mataron a 1.199 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
En respuesta, Israel prometió destruir Hamás y lanzó una vasta ofensiva de represalia que ya ha dejado 40.738 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio.