La Uneac llegó a 63 años de creada este 22 de agosto, y como el primer día, continúa la labor de promover los más genuinos valores culturales creados por la vanguardia artística cubana, e inmersa en una constante batalla de descolonización contra patrones que intenta imponer la industria del entretenimiento.
En más de seis décadas la organización ha asumido la crítica comprometida, la lucha por la igualdad de género y contra el racismo, el debate en torno a las preocupaciones de sus miembros respecto a los planes de estudio en la enseñanza artística, el trabajo comunitario y la programación de la Radio y la TV.
«Yo creo que intentar resumir la historia de la Uneac es complicado, asumiendo que es una historia pletórica de acontecimientos, de procesos que están asociados, por supuesto, al devenir de la cultura cubana en las últimas décadas» —expresó el periodista y crítico de arte Yuris Nórido—, apuntando que no obstante, «ha sido espacio de encuentro, de confluencia de lo mejor de la creación cubana».
Para el periodista y crítico de arte Yuris Nórido la Uneac «ha sido espacio de encuentro, de confl uencia de lo mejor de la creación cubana». Foto: @UNEAC_online/X
Por su parte, la escritora Dazra Novak aseguró que tener una organización que aúne diferentes manifestaciones es una bondad hacia nuestra cultura. «Yo creo que todas esas manifestaciones juntas, dialogando entre sí, hacen un mejor camino no solo en la cultura cubana, sino en la conformación de nuestra identidad como nación. Creo que es un acierto total y que es algo que debemos de extender».
«La Uneac desempeña un papel esencial para fi ltrar esa calidad que tanto necesitamos», considera la escritora Dazra Novak. Foto: Cortesía de la entrevistada
«La Uneac cumple un objetivo hermosísimo y es que los artistas de todas las manifestaciones logren tener un espacio donde debatir, donde encontrarse, donde crear, donde fundar, donde no estar de acuerdo, donde sí estar de acuerdo», destacó en tanto el músico Eduardo Sosa, agregando que «la validez de que exista una organización como esta, la cual rehúye de formalismos estériles y gestiona y gesta un debate, una discusión lúcida sobre importantes acontecimientos y procesos de la cultura cubana».
En opinión del músico Eduardo Sosa, «nada, absolutamente nada va a superar la posibilidad que tiene el ser humano de mostrar arte, sensibilidad, conocimiento». Foto: Tomada del sitio web de Habana Radio
Hacer Revolución desde la cultura en una institución donde convergen todas las manifestaciones del arte permite a los miembros de la Uneac polemizar en temáticas inherentes a la sociedad, tópicos que son tratados en los congresos, consejos nacionales y encuentros de sus asociaciones, filiales y secciones en todo el país.
«Este es un momento bastante complicado —continúa sus reflexiones la escritora Dazra Novak—. En ese sentido tenemos una gran preocupación por la calidad en las artes. El diálogo cultural, por decirlo de alguna manera rápida. Se están viendo muchos fenómenos que están atentando contra nuestra cultura, digamos, contra la calidad de esa cultura que se está produciendo y que a fin de cuentas atenta contra nuestra sociedad toda. No es un fenómeno únicamente de Cuba, yo creo que es un fenómeno a nivel mundial a raíz de las nuevas tecnologías y yo creo que en este momento una organización como la Uneac juega un papel esencial para filtrar esa calidad que tanto necesitamos, evaluar los trabajos que se están produciendo y tratar de guiar, por supuesto, a las nuevas generaciones».
Janet Brossard, artista de la plástica, refiere que la creación no se detiene y la labor de los artistas en general se seguirá desarrollando, «pero pienso que también es un desafío que desde la Uneac podamos alzar la voz a partir de las cosas que creemos que pudieran estar mejor para que, por ejemplo, la base del desarrollo de los artistas tenga un mejor desempeño; y por consiguiente también la promoción y las vías para cada artista poder desarrollar las obras».
Eduardo Sosa también opina: «Lo que hace que una sociedad tenga identificación, tenga identidad, tenga un nombre propio, tenga un camino propio, es la cultura; y no solo la cultura de entretenimiento, es toda la gran cultura».
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba asume el papel que le otorgó Fidel desde el congreso fundacional del 22 de agosto de 1961, al crear una organización crítica, beligerante, activa, que participa en la creación de un modelo que relacione, articule y fomente el diálogo democrático con el sistema institucional de la cultura para responder a las necesidades de los creadores.
«Yo pienso que la Uneac tiene el desafío de marchar con los tiempos. Porque los desafíos de cada tiempo no son los mismos —acotó igualmente Yuris Nórido—. Pero hay esencias. Hay esencias que se mantienen inalterables con el tiempo. Y una de ellas es precisamente ese rol emancipador de la cultura, esa fuerza de un caudal simbólico, espiritual, que puede sostener una idea de nación. Y precisamente el aporte de los miembros de la Uneac a la construcción de ese armazón espiritual es muy importante».
«Habrá que entender un poco qué significa eso de la inteligencia artificial, reflexiona en días de aniversario Eduardo Sosa. Habrá que entender un poco qué significan las nuevas medidas sociales que se implementan en el país. Pero lo más importante es que nada, absolutamente nada va a superar la posibilidad que tiene el ser humano de mostrar arte, sensibilidad, conocimiento».
En tanto concluye Yuris Nórido, que «el arte y la cultura, en su concepto más amplio, es muy importante en la garantía de una identidad que, en definitiva, es también garantía de libertad, de soberanía, de plenitud».
Entre los desafíos del trabajo de la Uneac figuran ser más activa en su funcionamiento y fortalecer la vocación social que la ha distinguido desde su creación. 63 años han transcurrido de aquel 22 de agosto de 1961, cuando surgió esta organización heredera de las ideas de Fidel, punta de lanza en la ardua y a la vez hermosa labor de crear, promover, afianzar lo más genuino de nuestros valores y hacer Revolución desde el alimento vivo de la espiritualidad de la nación. (Tomado del sitio web de la Uneac)
