El perro salchicha, con su peculiar apariencia alargada y sus patas cortas, cautiva a millones de personas en todos los rincones del mundo. Su origen, sin embargo, es objeto de numerosas especulaciones y debates científicos. La clave para entender el origen de las patas cortas del perro salchicha reside en el proceso de selección natural. Y es que a lo largo de la historia los humanos hemos seleccionado y criado animales con características específicas para que puedan desarrollar de una forma más eficiente determinadas tareas. En el caso del perro salchicha, su cuerpo alargado y sus patas cortas eran ideales para una función muy particular: la caza de tejones. Se cree que los ancestros del perro salchicha eran perros de caza más grandes, los cuales fueron cruzados selectivamente durante siglos para obtener individuos con cuerpos más compactos y ágiles. Estas peculiaridades les permitirían adentrarse en las madrigueras de los tejones y otros animales pequeños, atrapándolos con mayor facilidad. Las patas cortas proporcionaban una mayor estabilidad, haciendo posible que pudiesen girar con mayor facilidad en espacios reducidos; además al tener un menor centro de gravedad su fuerza era mayor y podían excavar con mayor eficacia. Por otra parte, al estar más cerca del suelo, eran menos propensos a sufrir lesiones si se precipitaban desde alturas considerables y su piel, más gruesa y resistente que la de otras razas, los protegía de las mordeduras y arañazos de los tejones. Aquellos individuos con los cuerpos más alargados, las patas más cortas y una mayor resistencia se convirtieron en un bien preciado, por lo que nuestros antepasados se esmeraron en proporcionarles una mejor alimentación y favorecer su reproducción. De una forma lenta pero inexorable se fue mejorando la raza del perro salchicha. A pesar de todo, la genética subyacente a las peculiaridades de estos perros sigue siendo todavía objeto de estudio. Hasta la fecha se han identificado varias mutaciones genéticas asociadas con el enanismo en diferentes razas de perros, algunas de las cuales podrían haber contribuido al desarrollo de las patas cortas de nuestro protagonista. Además de las mutaciones, los polimorfismos genéticos, es decir, las variaciones en la secuencia del ADN que no causan enfermedades, podrían haber influido también en el tamaño y la forma de sus huesos. Uno de los genes más estudiados en relación con las patas cortas en perros es el FGF4 o factor de crecimiento de fibroblastos 4, el cual codifica una proteína que desempeña un papel crucial en el desarrollo embrionario, regulando el crecimiento de los huesos y otros tejidos. Los genetistas han encontrado en los perros salchicha una duplicación del FGF4, en otras palabras, estos animales tienen una copia extra, lo que se traduce en una sobreproducción de la proteína. Una singularidad que, durante el desarrollo embrionario, interfiere con el proceso normal de crecimiento de los huesos de las piernas provocando un acortamiento de las extremidades. En Román paladino, a mayor número de genes FGF4, patas más cortas.
