El 'choke' es un término en inglés que explica a la perfección el gran enemigo del tenista. Es 'atragantarse', 'ahogarse' cuando llega la presión. Carlos Alcaraz parecía ser inmune al 'choke'. Desde que deslumbró al mundo del tenis hace tres años, aquí en Nueva York, su tenis ha sido despreocupado e insolente. En los momentos duros, responde con dejadas imposibles, con derechazos abrumadores, dando tres pasos adelante en el resto. Y siempre con una sonrisa, la sonrisa del circuito. Este verano ha dejado de sonreír. Es la visualización de su momento. «Mentalmente no estoy bien», reconoció pasada la medianoche del jueves, en la mañana de ayer en España, tras sufrir su peor derrota desde aquel US Open de 2021 en...
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