La genética juega un rol fundamental en la predisposición a ganar peso, y esto se debe tener en cuenta a la hora de planificar una rutina de actividad física.
La farmacéutica y nutricionista Boticaria García explica que, para contrarrestar esto, es crucial mantener una rutina diaria de caminatas.
Según García, caminar cierta cantidad de tiempo al día puede ser un primer paso efectivo para gestionar el peso, especialmente para quienes están genéticamente predispuestos a engordar.
La Asociación Estadounidense del Corazón, en su estudio de 2012 publicado en Science Daily, descubrió que una hora diaria de caminata a paso ligero puede reducir a la mitad la influencia genética en la obesidad.
"El grado en que la genética influye en la obesidad es diferente para cada persona", menciona García en su libro Tu cerebro tiene hambre. "En general, se calcula que la genética puede contribuir entre un 40% y un 70% del riesgo de desarrollar obesidad", concluye según Vogue.
"Por otro lado, un estilo de vida sedentario marcado por mirar televisión cuatro horas al día aumentó la influencia genética en un 50%", explica Qibin Qi, uno de los autores del estudio de Science Daily.
Expertos como la Dra. Martine Duclos sugieren que incluso 30 minutos diarios de caminata pueden tener un impacto positivo significativo. Lo crucial es la consistencia y la reducción del tiempo sedentario.
Entre otros puntos importantes que se resaltan en el artículo de Vogue están:
Además de incorporar caminatas diarias, hay otras prácticas que pueden ayudar a las personas con predisposición genética a mantener un peso saludable.
Acá te compartimos algunas recomendaciones clave: