Este psiquiatra, nacido en Montpellier en 1956, ejerció de terapeuta durante más de 30 años en el Hospital Sainte-Anne de París, donde prestó su oído a miles de pacientes que buscaban aliviar un profundo malestar. Definido por "Le Nouvel Observateur" como una autoridad de la psicología positiva en Francia, Christophe André publica ahora en Arpa "La timidez". Un libro dirigido a la legión de tímidos que, como él mismo, batallan contra la introversión.
¿Cómo define la timidez?
La timidez es el temor (del latín timeo: "yo temo") frente a situaciones de evaluación social: ser observado, conocer personas desconocidas, realizar un examen, negociar, seducir... Cualquiera puede sentir un poco de incomodidad en esos momentos, pero los tímidos experimentan un gran malestar emocional (el corazón late con fuerza, las manos sudan, hablar se vuelve difícil) y temen que esto sea evidente. Por lo tanto, procuran no destacar en situaciones sociales o las evitan por completo.
Usted cita en el libro el caso de varios tímidos célebres.
Muchas personas famosas se describen a sí mismas como tímidas, o al menos relatan que fueron muy tímidas al principio, antes de alcanzar el éxito. Mitterrand hablaba de ello abiertamente en sus últimos años. Hoy en día, las estrellas no dudan en "salir del armario" de la timidez: Johnny Depp, Woody Allen, Nicole Kidman o Léa Seydoux. Esto nos recuerda que la timidez es muy común (entre el 30% y el 60% de las personas se describen como un poco o muy tímidas), que no impide el éxito (pero es necesario aprender a superarla) y que no es incompatible con ser popular. Puede incluso añadir encanto.
¿Cree que la timidez es algo con lo que se nace, o se desarrolla más tarde en la vida?
La timidez a menudo tiene una pequeña parte genética, relacionada con la hiperemotividad: las personas tímidas suelen ser muy sensibles, empáticas y emocionales, y esto es desde el nacimiento. Necesitan más tiempo que otros para adaptarse a situaciones o personas desconocidas, algo que se puede observar en ciertos niños desde muy temprano. Luego está el papel de la educación y las experiencias de vida: si a los niños tímidos se les brindan oportunidades para ganar confianza, acercarse a los demás y comprender que pueden tener éxito y ser apreciados siendo discretos y reservados, entonces su timidez solo será un sentimiento interior y no les impedirá hablar, exponerse a la mirada de los demás o imponerse. Pero si se tienen predisposiciones a la timidez, ciertos eventos de la vida pueden representar traumas: ser rechazado en la escuela, sufrir burlas o fracasos repetidos, todo esto puede agravar las tendencias a la timidez.
¿Cuáles son los diferentes tipos de timidez?
La timidez ordinaria se da cuando la persona es reservada, le toma tiempo adaptarse a todo lo nuevo, a los nuevos encuentros personales o profesionales, pero lo logra. Tiene dificultades para expresar naturalmente sus emociones, opiniones, negociar, decir no... todo esto le requiere esfuerzo. La patológica implica una fobia social. Las personas tienden a evitar todo tipo de situaciones sociales: hablar en público, realizar exámenes, caminar frente a una terraza de café, dar su opinión, asistir a entrevistas de trabajo... Están convencidas de ser ridículas, incompetentes, tienen una muy baja autoestima. En estos casos, es necesario consultar a un especialista, psicólogo o psiquiatra, ya que no se supera por sí sola. Al contrario, a menudo se complica con depresión, alcoholismo o fracaso social. Y la timidez superada es cuando se lleva "por dentro". Tienen dudas o vacilaciones sobre su capacidad para expresarse o imponerse, pero nunca evitan hacerlo. Y su timidez no es visible desde el exterior.
¿La timidez tiene también un lado positivo?
Sí, las personas tímidas suelen ser más amables que los demás, más atentas y empáticas. Saben escuchar. No buscan acaparar toda la atención y, en caso de éxito, son capaces de compartir, de reconocer lo que los demás les han aportado. La sociedad necesita la dulzura y la delicadeza de los tímidos. ¡Imaginen un mundo donde todos los humanos tuvieran el mismo cerebro que Donald Trump o Elon Musk, un mundo lleno de narcisistas nada tímidos pero sí egoístas y agresivos!
¿Cómo se manifiesta la timidez en el ámbito amoroso?
La timidez es un gran obstáculo para la vida amorosa: no nos atrevemos a acercarnos a las personas que nos gustan, a dar el primer paso. No nos atrevemos a expresar nuestros sentimientos, a seducir, a cortejar. Los tímidos no se dan cuenta de su encanto y de sus cualidades. Como resultado, a menudo son elegidos por sus parejas, más que elegirlas ellos mismos.
¿Cuál es tu experiencia personal con la timidez? ¿Es una persona tímida?
Sí, soy un tímido curado. Todavía tengo que esforzarme un poco para acercarme a los demás, nunca es un reflejo, pero ya no es difícil como cuando era niño o adolescente. Sin embargo, ya no tengo estrés para dar clases, conferencias o aparecer en televisión: me he acostumbrado por completo. La timidez mejora con la repetición de experiencias, con el entrenamiento. Este es el principio de las terapias conductuales, las más adecuadas para la timidez: uno se entrena progresivamente a enfrentar, con la ayuda de terapeutas, todo lo que nos asusta.
Desde una perspectiva filosófica, ¿qué nos dice la timidez?
La timidez siempre ha existido, ha sido descrita en todas las épocas por los grandes autores. En España, por ejemplo, tienen "El vergonzoso en palacio" de Tirso de Molina. La timidez nos recuerda que la relación con los demás, especialmente frente a desconocidos o grupos, siempre puede esconder un peligro: ser mal juzgado, mal entendido, criticado o agredido. Los tímidos sienten este temor ancestral más fuerte que los demás. "Homo homini lupus", escribió el poeta latino Plauto. "El hombre es un lobo para el hombre". El miedo a los demás no es un miedo absurdo, solo hay que aprender a usarlo bien: en qué momentos es preferible mantenerse un poco al margen, y en qué momentos es necesario superarlo. El filósofo francés Sartre pronunció esta famosa frase: "El infierno son los otros". A veces es cierta, pero no siempre, ¡afortunadamente! Los demás también pueden ser nuestra principal fuente de felicidad.
¿Cómo se relaciona la timidez con el dinero? ¿Es una forma diferente de timidez?
El miedo a pedir un aumento de salario, a reclamar dinero a alguien que nos lo debe, a negociar precios: todo esto forma parte de la timidez clásica, no es una forma separada. Lo sorprendente es que, sin embargo, los tímidos pueden negociar para otras personas o defender sus intereses, pero cuando no es para ellos.
¿Las redes sociales ayudan a mejorar la timidez o la empeoran?
Su papel es en general negativo. Algunas aplicaciones de citas permiten facilitar los encuentros en la vida sentimental. Pero por lo demás, las redes sociales distorsionan la realidad: la gente solo publica sus mejores momentos, sus fotos de vacaciones ideales con cuerpos bronceados, hermosos lugares, muchos amigos. Todo esto tiende a aumentar las dudas y complejos, ya frecuentes en las personas tímidas: "Mi vida no es tan buena, no estoy a la altura, no encajo en estos grupos...". Y luego está el ciberacoso: doloroso para todos, traumático para los tímidos.
¿Qué es la eritrofobia?
Es el miedo excesivo a sonrojarse frente a los demás. Cuando uno se emociona, el rostro puede enrojecer un poco, no es grave: normalmente no dura mucho, la mayoría de las veces, los demás no lo notan, y si lo notan, generalmente son benévolos. Pero algunas personas tímidas están convencidas de que este enrojecimiento las hace parecer ridículas, las hace inferiores y las vuelve vulnerables a las críticas de los demás. Por lo tanto, se estresan, y eso aumenta aún más su enrojecimiento. Entonces, corren el riesgo de evitar poco a poco las situaciones sociales, se convierte en una obsesión, piensan en ello todo el tiempo. En este punto, es mejor consultar. Existen psicoterapias especializadas: grupos de afirmación personal, grupos para desdramatizar el enrojecimiento, técnicas de relajación y meditación, ejercicios de aceptación y autoestima, etc.