El lendakari, Imanol Pradales, planteó ayer un pacto para garantizar la «ejemplaridad» en la actividad política en el País Vasco, con el fin de expulsar del debate público la crispación, los insultos, la demagogia, la mentira, la difusión de información falsa y evitar la expansión del «populismo». Un acuerdo que no recoge expresamente la cuestión de ETA, que considera un «ámbito distinto» y un principio ético «anterior y superior».
Pradales centró en este asunto toda su intervención inicial tras la reunión del primer Consejo de Gobierno del nuevo curso político, celebrada ayer, como manda la tradición, en el Palacio de Miramar de San Sebastián.
El lendakari hizo público un documento, abierto a sugerencias y aportaciones, que contiene un decálogo de compromisos dirigidos a instaurar la «honestidad» en el comportamiento político, que ya ha sido compartido con los partidos y que ayer mismo se remitió al Parlamento vasco.
El reconocimiento del diferente, la búsqueda de bien común, no utilizar a la sociedad civil para usos partidistas, rechazar la demagogia, la manipulación, las trampas, el juego sucio y las «fake news» y respetar la autonomía de los medios de comunicación son algunos de los compromisos contenidos en el documento. También se mencionan el mantenimiento de las buenas formas en la comunicación pública, el respeto por la vida privada y la intimidad de los representantes políticos y del sector público y el reconocimiento de las instituciones públicas vascas.
El decálogo incluye cuestiones como «dar cuenta pública de las ideas, proyectos o decisiones con honestidad» y «favorecer la pluralidad de visiones y un actitud de entendimiento, siempre y cuando las ideas respeten los Derechos Humanos».A esta última idea, contenida en el punto tercero del decálogo, aludió Pradales al ser cuestionado sobre la compatibilidad de firmar este pacto con mantener posiciones legitimadoras del terrorismo.
El lendakari explicó que, aunque se le ha conocido como «pacto ético», su propuesta se denomina «pacto por una actividad política ejemplar» y, cuestiones como la revisión crítica del pasado y la desligitimación de ETA pertenecen a otro ámbito. A su juicio, la posición sobre el terrorismo constituye un «principio ético anterior y superior». Afirmó que la posición de su gobierno a este respecto es clara y consiste en la promoción de la «deslegitimación absoluta de la violencia en cualquiera de sus formas y su consideración como radicalmente injusta», además del reconocimiento de las víctimas y la construcción de una memoria inclusiva y ética.
La posición respecto a ETA «es anterior y superior». «No me gustaría mezclar, pero no podemos obviar cuál ha sido el pasado en el país», admitió.
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En la exposición de motivos, el documento sostiene que el objetivo del pacto «no es establecer la dimensión ética que deben tener los proyectos políticos o las políticas públicas», ya que quienes lo firmen «comparten la Declaración Universal de los Derechos Humanos y su espíritu como compromiso básico».
El texto no busca «sustituir los códigos éticos y de buenas prácticas ya existentes en las instituciones públicas o políticas vascas», sino que quiere «sumar a lo anteriormente comprometido». El pacto tampoco pretende, sostuvo Pradales, limitar la acción política de la oposición, sino que busca que en Euskadi no se repitan comportamientos indeseables que detecta no sólo en otros puntos de España, sino también en otros países europeos e incluso en Estados Unidos.
«Los populismos han cogido mucha fuerza, tanto en el ámbito de la ultraizquierda como el de la ultraderecha. Tiene que ver con mentalidades políticas que pretenden imponer una forma de entender la sociedad y anular las demás», reflexionó. En su opinión, tal y como expresa en el documento presentado, «la democracia está hoy seriamente amenazada en Europa» por los constantes ataques de fuerzas antidemocráticas que «están obteniendo fuerte apoyo social».
«Como lendakari no quiero lo que vemos en otros lugares para Euskadi. Los vascos no se sienten representados en ese manera de hacer las cosas, es más, la rechazan de plano», indicó Pradales.
El líder vasco afirmó que el País Vasco parte de «una buena base» porque practica «una manera más constructiva de hacer política», lo que se traduce en acuerdos entre diferentes, «mayor respeto al adversario» y «debates más sosegados». «Pero debemos alimentar cada día, en cada acción, esa forma de entender y ejercer la política», subrayó.