El Ministerio de Sanidad ha emitido una alerta sobre el creciente riesgo que representa el virus del Nilo Occidental en España, especialmente para los niños y ancianos, quienes son considerados los grupos más vulnerables a sufrir complicaciones graves o incluso la muerte debido a esta enfermedad.
Otro grupo de riesgo, según explican fuentes de Sanidad a Confidencial Digital, lo conforman las personas que presentan alguna inmunodeficiencia, como aquellas que han recibido un trasplante reciente, VIH no tratado...
La preocupación ha aumentado considerablemente tras los últimos datos epidemiológicos, que muestran que el número de casos registrados en lo que va del año (en total, 65: 12 en Extremadura y 53 en Andalucía) es tres veces superior al de 2023 (se registraron 19 en varias comunidades autónomas).
Hasta la fecha, ya se han confirmado cinco fallecidos, todos ellos en personas mayores de 70 años, lo que subraya la letalidad del virus en esta población.
El trágico balance se va acercando al mayor brote hasta la fecha, que tuvo lugar en 2020, cuando el virus provocó el fallecimiento de ocho personas y el contagio de otras 77.
El virus del Nilo Occidental, que se transmite por la picadura de mosquitos Culex infectados, ha tenido una propagación preocupante en diversas regiones del país. Este año, todas las muertes y la mayoría de los casos se concentran en un mismo lugar: el bajo Guadalquivir, en la provincia de Sevilla.
Tres de los fallecidos residían en el municipio sevillano de Coria del Río (30.657 habitantes): un hombre de 71 años y dos mujeres, ambas octogenarias. En cuanto a las otras dos víctimas mortales, una era una mujer de 71 años, que presentaba patologías previas graves y vivía en la localidad de Dos Hermanas (133.168 habitantes); la otra tenía 86 años, era de La Puebla del Río (11.879 habitantes) y antes de que le picara el mosquito estaba completamente sana, según ha asegurado su familia.
Todas las muertes de este año se han producido entre los meses de julio y agosto.
Las autoridades sanitarias han señalado que el cambio climático y las temperaturas cálidas han propiciado un aumento en la población de mosquitos, lo que ha elevado el riesgo de contagio. Estos insectos se infectan al alimentarse de aves migratorias que actúan como reservorios del virus. Una vez contagiado, el mosquito puede transmitir el virus a humanos y otros mamíferos.
Cabe recordar que no hay transmisión de la fiebre del Virus del Nilo Occidental de persona a persona. De momento, no hay vacunas ni medicamentos para tratar esta enfermedad. La mejor manera de prevenir el virus es protegerse de las picaduras de mosquitos.
Sanidad ha instado a la ciudadanía a tomar medidas de precaución, como el uso de repelentes, la instalación de mosquiteras y la eliminación de aguas estancadas donde los mosquitos puedan reproducirse. Asimismo, se ha reforzado la vigilancia epidemiológica y se han intensificado las campañas de información pública para sensibilizar sobre los riesgos del virus.
La Asociación de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) también recomiendan, en la medida de lo posible, evitar transitar por zonas de humedales al atardecer y el amanecer o usar manga larga y repelentes si es necesario.
La comunidad médica ha subrayado la importancia de prestar especial atención a los síntomas iniciales, que incluyen fiebre, dolor de cabeza, molestias musculares, erupciones cutáneas y, en casos más graves, inflamación del cerebro o las membranas que lo rodean (encefalitis o meningitis), lo que puede llevar a convulsiones, parálisis e incluso la muerte.
La rápida detección y tratamiento son cruciales para evitar complicaciones severas, especialmente en los grupos de mayor riesgo.
Con la temporada alta de mosquitos en pleno apogeo, las autoridades sanitarias continuarán monitoreando de cerca la situación y no descartan la implementación de medidas adicionales si el número de casos sigue en aumento.
Si bien es cierto que en el resto del territorio español el virus todavía no se ha detectado, ANECPLA recuerda que no es descartable que pueda llegar a circular en otras áreas, especialmente ahora en verano, momento álgido de reproducción del vector transmisor.