La historia del Club Sportivo Buenos Aires refleja un camino único en el fútbol argentino.
Fundado por ex socios de Boca Juniors, el club tuvo su momento de gloria compitiendo en diversas canchas, incluida una de River Plate.
Su trayectoria quedó marcada en el deporte nacional y también la cultura porteña al convertirse en un reconocido espacio tanguero tras su fusión con el Club Social Buenos Aires.
El Club Sportivo Buenos Aires tuvo una trayectoria llena de cambios y desafíos durante las primeras décadas del siglo XX, según explica Buenos Aires Historia.
Fundado en 1918 a partir de la unión de Buenos Aires Isla Maciel y Sportivo Argentino de Wilde, este último formado por ex socios de Boca Juniors, el club experimentó una intensa peregrinación por diversas canchas del fútbol porteño.
Su primera sede estuvo en la Isla Maciel, en un terreno precario que reflejaba los modestos inicios de la institución. Posteriormente, el club se trasladó a La Boca, a un predio ubicado en Aristóbulo del Valle y Gaboto, que había sido desocupado por River Plate al mudarse a su nuevo estadio.
Este cambio le permitió a Sportivo Buenos Aires acercarse más al corazón del fútbol porteño. Sin embargo, la fusión con el Club Social Buenos Aires de Caballito, en 1931, llevó al equipo a trasladarse nuevamente, esta vez al barrio de Floresta.
Con la llegada del profesionalismo en 1931, el club decidió mantenerse en el amateurismo, una decisión que marcó el inicio de su declive.
A pesar de la presencia de figuras destacadas como Carlos Peucelle, quien luego pasaría a River Plate y contribuiría a forjar su apodo de "Millonario", Sportivo Buenos Aires no pudo sostenerse y se autoeliminó en 1941, poniendo fin a su participación en el fútbol oficial.
El Club Social y Sportivo Buenos Aires tuvo varias ubicaciones durante sus años de actividad, desde sus orígenes como Sportivo Buenos Aires:
Con los años, se convirtió en un punto de encuentro obligado para los amantes del tango. Durante las décadas de 1940 y 1950, el Club Social y Sportivo Buenos Aires se consolidó como uno de los espacios tangueros más importantes de la ciudad.
Los sábados por la noche, se transformaba en un escenario donde se celebraban grandes bailes con la participación de destacados bailarines y orquestas típicas.
Una de las noches más memorables fue la actuación de Osvaldo Pugliese, con Alberto Morán y Jorge Vidal. Esta actuación atrajo a tanta gente que se tuvo que cortar el tránsito en Av. Gaona.
El club se convirtió en un verdadero "templo del tango", inmortalizado incluso en la letra del tango "Bailarín de contraseña", cantado por Angelito Vargas.