El reloj marcaba siete minutos pasadas las diez de la noche cuando Pedro Sánchez reaparecía, tras sus vacaciones en Lanzarote y con casi una hora de retraso, en una comparecencia en directo desde Mauritania, primero de los tres países que forman parte de su gira africana. La última vez que se puso frente a las cámaras fue el pasado 31 de julio, para hacer balance del curso político, apenas una jornada después negarse a declarar ante el juez Peinado en La Moncloa como testigo del caso de su mujer, Begoña Gómez.