El asesinato cometido por Daniel Sancho , el hijo del actor Rodolfo Sancho, causó un enorme revuelo tanto por las formas como por las incógnitas que tiene este truculento caso. El joven de 29 años ha confesado haber matado y descuartizado a Edwin Arrieta , un cirujano plástico colombiano en Tailandia con el que supuestamente mantenía una relación. Los hechos ocurrieron, el pasado 2 de agosto de 2023, en la isla de Koh Phangan . Según ha trascendido el joven compró días antes un cuchillo y productos de limpieza, como lejía, pero también una canoa, algo que hace pensar que el asesinato estaba más que premeditado. Él además ha confesado el caso ante la policía, como han explicado los medios locales, pero ha argumentado que lo hizo porque era el rehén de Edwin. Tailandia es uno de los países que tiene pena capital, que podría ser una de las condenas que le podría caer al español. Sea como sea, y aunque no tenga nada que ver, el crimen protagonizado por Sancho recuerda al de Artur Segarra , otro español que en 2016 asesinó y descuartizó a otro hombre en Tailandia. Su caso, que también fue muy mediático, tuvo un final algo inesperado y es que, aunque fue condenado a pena de muerte por la justicia tailandesa, el acusado acabó esquivando su ejecución tras pedir clemencia al Rey de Tailandia, que se la acabó concediendo. Segarra asesinó a su compatriota David Bernat la noche del 19 de enero de 2016. El primero era un catalán conocido por los Mossos por varias estafas, sobre todo a ancianos. Ambos, con orígenes en Lérida, se habían conocido en Tailandia en 2014 y compartían en el país un proyecto empresarial. El dinero que tenía la víctima podría haber estado en el fondo del crimen, que pudo estar planificado, ya que Segarra compró días antes un congelador (para guardar el cadáver) y alquiló una casa en al que escondió parte del material usado para el asesinato. Al parecer, Segarra secuestró a Bernat y lo tuvo retenido y torturado durante siete días, hasta que lo mató asfixiándolo, descuartizó y tiró sus restos repartidos en varias bolsas por el río Chao Phraya, que atraviesa Bangkok. Días después el acusado quedó identificado como principal sospechoso y, aunque huyó a Camboya, fue detenido allí porque su caso y imágenes de su cara circularon rápidamente, sobre todo en España, y una pareja que estaba allí de vacaciones lo destapó. Así, desde febrero de 2016 quedó encarcelado y acabó siendo condenado a pena capital por trece cargos, entre ellos el de asesinato premeditado, secuestro, tortura y robo. Él estuvo negando todos los hechos y profesando su inocencia pero finalmente acabó confesando los hechos en una carta de ocho páginas dirigida al Rey de Tailandia en la que pedía cambio de la pena capital por la cadena perpetua o una condena fija de cárcel. En julio de 2021 lo conmutó. Su caso, con todo, dejó algunas incógnitas. El catalán, por ejemplo, aseguró que mató a Bernat tras una discusión al volver de fiesta, pero la policía tailandesa sostuvo siempre que hubo una retención y extorsión durante días para conseguir una transferencia bancaria. Ahora, Segarra sigue encarcelado por el descuartizamiento, igual que desde hace escasos días lo está Sancho.