Los baños en agua fría se han convertido en una tendencia popular para quienes los utilizan para acelerar la recuperación tras intensas sesiones de entrenamiento.
Sin embargo, un reciente estudio científico puso a prueba esta práctica y ha comparado su eficacia con los baños en agua caliente.
La investigación explora qué método ofrece mejores resultados para la recuperación post-entrenamiento, desafiando la creencia popular sobre los beneficios del agua fría.
Un estudio reciente publicado en Medicine & Science in Sports & Exercise cuestiona la eficacia de los baños en agua fría para la recuperación post-entrenamiento, y añade un nuevo ángulo al debate al investigar también el impacto de los baños en agua caliente.
Según lo publicado en el portal de Vitónica, la investigación revela que los beneficios atribuidos a los baños fríos, aunque populares entre deportistas de élite, carecen de una base científica sólida que respalde su efectividad generalizada en la recuperación muscular.
El análisis de la literatura científica muestra que los baños en agua fría, con temperaturas inferiores a 15°C, no siempre proporcionan una recuperación óptima y pueden incluso interrumpir procesos cruciales como la adaptación de fuerza y la hipertrofia muscular.
En contraste, los baños en agua caliente, con temperaturas superiores a 41°C, han mostrado potencial para acelerar la recuperación neuromuscular y mejorar la capacidad de aplicar fuerza, facilitando así la recuperación después de entrenamientos intensos.
Estas conclusiones sugieren que, en lugar de recurrir exclusivamente a las inmersiones en agua fría, podría ser beneficioso considear los baños calientes como una alternativa viable para la recuperación.
A la luz de los nuevos hallazgos sobre los baños de agua fría y caliente del estudio citado, aquí te dejamos algunos consejos prácticos para elegir la mejor técnica de recuperación según tus necesidades y objetivos:
Para optimizar la recuperación muscular y acelerar la recuperación de fuerza, elegí baños de agua caliente. Estos ayudan a relajar los músculos y mejorar la circulación.
El agua fría reduce inflamación y dolor muscular en entrenamientos moderados. Para entrenamientos intensos, los baños calientes pueden ser más beneficiosos.
Limitá los baños en agua caliente a un máximo de 20 minutos para evitar deshidratación y agotamiento
Usá agua fría después de entrenamientos intensos y agua caliente en días de recuperación o entrenamientos menos exigentes