El Parque Natural de la Sierra de Gredos, en Ávila, tiene algunos de los enclaves naturales más destacados de la Península, aunque uno destaca por encima del resto por su localización y la historia que lo rodea
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La Sierra de Gredos, en el centro de la península Ibérica, es uno de los destinos más escogidos por los amantes del turismo de interiores y los caminos de montaña. El espacio, perteneciente al Sistema Central, no solo cuenta con parajes extraordinarios, sino también con rutas únicas entre las que es posible recorrer todas sus entrañas.
Pero quizás hay una ruta que destaca por encima del resto, y que se ha vuelto casi obligatoria para todos aquellos que visiten el Parque Natural de la Sierra de Gredos. Esta no es otra que la ruta a la Laguna Grande, un recorrido con historia que, además, permitirá disfrutar de las emblemáticas vistas del lago a quienes logren completar todo el camino.
La ruta tiene un recorrido extenso, pero no muy complejo, por lo que es posible llevarla a cabo con familia o amigos. Al llegar a la cumbre, será posible disfrutar de un imponente lago de origen glaciar rodeado por algunas de las cumbres más altas de la sierra.
La laguna -también conocida como el Calderón de Gredos- tiene una altitud máxima de 2.185 metros, y desde su cumbre, rodeada por diferentes paredes rocosas, es posible apreciar la vasta extensión del parque. Además, el enclave no solo cuenta con una disposición geográfica única, sino también con un folclore muy singular.
Durante años, se han formado diferentes historias populares alrededor del lugar. Uno de los mitos más reconocidos define al enclave como “una sima muy profunda cuyo fondo llega al centro de la Tierra” y en la que “sus aguas al agitarse producen sonidos espeluznantes”, además de ser siempre “origen de fuertes tormentas”.
Otra de las leyendas más famosas de la zona, que recibe el nombre de 'La serrana de la Vera', cuenta la historia de una mujer -supuestamente desaparecida- de la comarca de la Vera de Plasencia. La joven, tras vagar perdida por los campos de la región, terminaría sumergiéndose en las aguas de la laguna para vivir en el fondo de esta.
El enclave también aparece en la literatura española. El escritor gallego José Camilo Cela lo mencionó en su novela 'Judíos, Moros y Cristianos', en donde se refería al lugar como “El Riñón del Recuenco”.
La ruta más común para acceder a la Laguna Grande comienza desde la Plataforma de Gredos. Se trata de un aparcamiento ubicado en el término municipal de San Juan de Gredos, aunque el acceso se realiza principalmente desde la localidad de Hoyos del Espino.
Desde la plataforma, se deberá seguir el sendero -que está correctamente señalizado-, el cual comienza con una calzada empedrada que asciende de manera serpenteante hasta una amplia explanada, donde es posible apreciar el Arroyo de las Pozas -se debe cruzar a través de un puente- y el Puerto de Candeleda.
Continuando con la subida, se llegará a un cruce con un pluviómetro, donde habrá que elegir entre dos caminos. La senda de la izquierda lleva a una ruta diferente, la de la subida al Morezón, otra de las rutas más destacadas del parque. De elegir este camino también se podrá disfrutar de las ruinas del Refugio Rey.
Si por el contrario se escoge la derecha, se deberá continuar por el camino empedrado hasta Alto de los Barrerones, donde es recomendable parar y descansar para hidratarse y comer algo. A continuación, se deberá continuar la marcha hasta la Fuente de los Cavadores.
Tras llegar a la fuente, se deberá caminar un poco más hasta llegar al punto más elevado de la ruta, a 2.190 metros, donde es posible contemplar por primera vez la vasta extensión del Circo de Gredos. Más abajo, será posible encontrar la Laguna Grande, aunque es recomendable disfrutar de las vistas desde el Mirador de la Peña del Rayo antes de descender hasta la laguna.
A partir de aquí, el camino será íntegramente de bajada. Se deberá continuar hasta acceder al tan esperado enclave, aunque si se necesita un descanso, la Fuente de los Barrerones puede ser una gran opción antes de finalizar el trayecto.
Una vez allí, se podrá disfrutar en su plenitud de sus limpias aguas y descansar en sus alrededores. Además, será posible visitar un refugio, que se encuentra a la orilla del lago. En él, se podrá descansar y pernoctar si fuese necesario.
Pese a que la ruta no tiene una gran complejidad, el recorrido se hará en un tiempo estimado de 5 horas de subida a pie, con un desnivel de 739 metros. Además, la ruta es circular, por lo que se podrá finalizar sin necesidad de retroceder por el camino previamente recorrido.
Aunque la ruta pueda ser accesible para cualquier amante del senderismo y de los paisajes naturales, siempre es aconsejable seguir unas recomendaciones básicas sobre montañismo para que el recorrido vaya lo mejor posible.