El desmantelamiento institucional que sufre el país se evidenció en el mensaje presidencial, con el anuncio de la fusión de ministerios. Esta medida es un intento de encubrir decisiones tomadas tiempo atrás en negociaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, que han resultado en retrocesos significativos en la garantía de derechos de las mujeres.
La fusión ministerial, como han advertido diversas organizaciones, tendrá graves implicancias. La más preocupante es la invisibilización de las mujeres y sus necesidades, que quedarían relegadas bajo la sombrilla del Midis, que tiene un rol importante, pero no puede sustituir al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, cuya función es esencial y específica.
Esta fusión viola acuerdos internacionales que obligan al Estado a respetar, garantizar e implementar derechos sin discriminación, un compromiso que nuestro país ha asumido en diversos tratados.
El enfoque de género, que es precisamente lo que se busca eliminar, se vería seriamente afectado. Fusionar ambos ministerios diluiría la atención a las necesidades específicas de las mujeres y desatendería temas críticos como la violencia de género y la igualdad laboral, que perderían prioridad en la agenda pública.
La supuesta “integración” en el Midis no es más que una perpetuación de roles de cuidado asignados de manera gratuita a las mujeres, y un golpe a la lucha por la igualdad salarial.
Lo que el MIMP necesita no es una fusión, sino un fortalecimiento. Requiere apoyo para continuar protegiendo y garantizando los derechos de las mujeres, y mantener la experiencia acumulada que ha permitido una mayor eficiencia en su labor.
Quienes creemos en la igualdad no podemos guardar silencio, estos son los momentos que te definen. No podemos aceptar retrocesos ni menos el intento de encubrirlos.
(*) Por Marisol Pérez Tello, exministra de Justicia y DDHH y excongresista.
