El cerebro pasa por un proceso dinámico y esencial durante el sueño, afectando funciones clave del cuerpo. Según los expertos, mientras dormimos, el cerebro no se apaga y continúa funcionando, regulando todo tipo de funciones básicas corporales.
Además, cuando una persona duerme, pasa por diferentes fases del sueño, tanto REM como no REM, que cumplen roles específicos en la restauración física y mental, siendo fundamentales para la salud general.
Durante el sueño, el cerebro sigue en actividad, llevando a cabo procesos fundamentales para el cuerpo y la mente. En particular, en la fase REM (Rapid Eye Movement), el tronco encefálico juega un papel clave.
Según un artículo de Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH), citado por National Geographic, durante esta etapa, envía señales para relajar los músculos, impidiendo movimientos bruscos que podrían interferir con el descanso y el desarrollo de los sueños.
El tálamo, otra estructura cerebral, actúa como un regulador que filtra la información sensorial antes de que llegue a la corteza cerebral, responsable de interpretar estos datos.
Durante la mayoría de las fases del sueño, el tálamo se mantiene en silencio, permitiendo que el cerebro se desconecte del entorno externo. En la fase REM, este se activa y envía a la corteza cerebral una serie de imágenes, sonidos y sensaciones que forman el contenido de los sueños.
Simultáneamente, la amígdala, que está involucrada en el procesamiento emocional, se vuelve más activa durante el sueño REM, lo que indica que las emociones juegan un papel importante en la formación de los sueños.
Este proceso no solo afecta al cerebro, sino también a casi todos los tejidos y sistemas del cuerpo, desde el corazón hasta el sistema inmunológico, mostrando la importancia integral del sueño para la salud general.
El sueño se divide en fases que varían en función y actividad cerebral. En las fases no REM, el cuerpo se relaja progresivamente y suceden 2 cosas:
La fase final, el sueño REM, ocurre unos 90 minutos después de dormirse. Durante esta fase, los ojos se mueven rápidamente, la actividad cerebral aumenta y se producen la mayoría de los sueños.
Estas fases, que se repiten varias veces, son esenciales para la recuperación física y mental.