“El mejor Zaragoza que se ha visto hasta ahora”. Con esas palabras remató Víctor Fernández la rueda de prensa. En ella puso varios puntos sobre algunas íes que amenzaban con distorsionar la realidad. En ella, también, dibujó un lienzo lleno de satisfacción pero con densas pinceladas de prudencia y serenidad. Esto son tres puntos logrados con sacrificio y energía, mucha energía. Nada más. De lo demás hablamos ahora.
El Real Zaragoza salió al césped del Nuevo Cartagonova con menos decisión de la exigida. Este error vino dado por la insuficiente potencia de una maquinaria que no acabó de arrancar durante muchos minutos. Por el contrario, los jugadores del Cartagena jugaron con la aguja de las revoluciones en rojo y eso lo pagó caro el equipo aragonés. Poussin veía cómo una lluvia ácida en forma de aproximaciones le ponía a prueba mientras el bloque rojillo se hundía.
Cuando arrecian los rayos y hay un árbol aislado lo lógico es que alguno acabe impactando en el tronco seco. Eso ocurrió en el minuto 14, tras algunos amenazantes amagos. Un centro de Jairo tras un triple dribling a Tasende acabó en la metálica cabeza de Cedric, que lo estampó contra el poste derecho de Poussin, estático y estupefacto. Mala defensa, mala gestión de la cobertura tomate.
El partido era albinegro. Los chicos del Pitu Abelardo corrían enganchados a una corriente eléctrica de alto voltaje. Por el contrario, el Zaragoza no encontraba la conexión ni futbolística ni física. Había protagonizado alguna acción peligrosa en los primeros minutos, como la ocasión de Soberón que no encontró objetivo, pero muy poco más. El centro del campo que manejaban Aguado y Bare era una llanura demasiado ancha e inhóspita. Eso provocó que Soberón y Bardaz no fueran las puntas de lanza que vimos en Cádiz y Liso, siempre acerado y atrevido, no acabase lo que empezaba.
Se llegó al descanso con una jugada en la que se pudo esbozar un penalty por mano de Sipcic, pero quedó en polvo seco. En la caseta queremos imaginar a Víctor arengando a los suyos, continuando la actuación que ya atisbamos en la “pausa de hidratación”. Algo debió haber, porque el equipo pisó el verde con otro ritmo y distintos argumentos. Eran los mismo actores pero un libreto más ligero, ágil y audaz.
A los cuatro minutos Liso se desarrugó y ya anunció que esto era otra cosa. Recibió un balón larguísimo de Calero, lo acomodó en el extremo y chutó cruzado con ambición. Poco después, en el 53, Bazdar agradeció un magnífico pase filtrado de Bare, pero su disparó lo rechazó Campos. Sería la primera de una florida sucesión de paradas del arquero cartagenero. El aluvión le vendría tras la inclusión en el equipo de Azón y Pau Sans por Bermejo y Soberón, ayer un tanto ausente. Fue un clic en el partido. La culminación de la idea de fútbol de un equipo llamado a jugar y ganar. El equipo se encendió. Azón fue la manivela que activó la maquinaria y Pau Sans el inquieto aguijón que espoleó al grupo.
Abelardo contrastó sus fuerzas y también cambió dos piezas, a lo que respondió a su vez Víctor con la llamada a Francho y Toni Moya. Fue un interesante intercambio de decisiones que se tradujeron en un nuevo escenario en el que el protagonista único y absoluto sería el Real Zaragoza. En el minuto 77 comenzaría un periodo de gestos verticales con el sello del gol grabado en cada uno de ellos. Azón en dos ocasiones puso a prueba a Campos, pero este le deshizo las intenciones.
El equipo funcionaba muy bien. Algunos jugadores crecieron minuto a minuto. Uno de ellos, Bazdar, que se encontró a sí mismo con la presencia de Azón y Sans. Una prueba más de cómo las mezclas de jugadores hacen o deshacen combinados, según sean buenas o malas. Y así, en el 81 llegó el gol del empate. Tras un córner se generó una segunda jugada con centro lateral de Calero que remató en diagonal Pau Sans. El chico lo celebró como se merece el primer tanto que logras con el equipo de tu vida. Ni imaginar podemos qué habría ocurrido si el propio Pau hubiera convertido el segundo en una fina jugada combinada con Azón que le llevó a regatear en un mano a mano a Campos. La picardía de Musto lo evitó.
El partido se fue al minuto 96 y llegó el fogonazo de alegría. El Zaragoza no tiraba la toalla y atacaba con fe y buenas maneras. Un balón recuperado entre Toni Moya y Vital llevó al portugués a lanzar un pase largo a Liso (otra vez Adrián) quien encaró, dribló y centró. Luna, otro zagal que está ofreciendo muy buenas sensaciones, recibió y entregó con delicadeza e inteligencia el cuero a Francho. Fue la erupción: el zaragozano enganchó un chut seco, abierto y curvo que batió a Campos por abajo. Imparable.
El pitido final, segundos después, fue la señal para que el zaragocismo celebrase, modo Recopa, una victoria que sabe a viento y sol.
FC Cartagena:
Cuñat; Aguirregabiria, Sipcic, Kiko Olivas, Ríos Reina (Pocho Román, 85); Musto, Guerrero (Escriche, 72), Andy; Jairo (Vukcevic, 72), Cedric (Luis Muñoz, 64); y Gastón (Ortuño, 85).
Real Zaragoza:
Poussin; Calero, Lluís López, Vital, Tasende; Keidi Bare (Francho, 73), Aguado (Moya, 73); Bermejo (P. Sans, 67), Liso; Soberón (Azón, 67) y Bazdar (Luna, 87).
Goles:
1-0, min. 14: Cedric. 1-1, min. 81: Pau Sans. 1-2, min. 97: Francho.
Árbitro:
Cid Camacho (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Lluís López (45+4), Keidi Bare (51), Guerrero (59) Aguirregabiria (79) y Musto (97). Expulsó al entrenador local, Abelardo (97).
Incidencias:
Partido de la Jornada 2 de LaLiga Hypermotion 2024-25 disputado en Cartagonova, con 8.500 espectadores.
Poussin: 3. Tuvo intervenciones correctas con alguna acción incierta.
Calero: 4. Es fiable y seguro. El primer gol, asistencia suya.
López: 2. Discreto y correcto.
Vital: 3. Bien en defensa y atrevido en la salida. El segundo gol nació en él.
Tasende: 2. En la primera parte sufrió mucho. Después se rehizo.
Aguado: 2. Trabajó en inferioridad y no halló soluciones.
Bare: 2. Irregular. Alternó aciertos y errores no forzados.
Bermejo: 1. Incosistente. No acaba lo que inicia.
Soberón: 2. Desasistido y poco ubicado con el balón.
Liso: 4. Vertical y decidido, le falta elegir bien cuando huele el gol.
Bazdar: 4. Tiene madera de gran calidad. En el ultimo tercio brilló con luz propia.
Pau Sans: 4. Osado, afilado y goleador. Gran partido.
Azón: 4. Agitador, desequilibrante. Siempre es una amenaza.
Francho: 4. Activó el centro del campo y sacudió la noche. Goleador.
Toni Moya: 4. Se hizo el amo del centro del campo.
Luna: 3. Tiene talento y templanza. Su asistencia en el segundo gol, magistral.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
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