Autoridades de Estados Unidos acusaron a Pawel Bielecki, conocido como el 'Padre Paul', de robar al menos US$ 650,000 en donaciones caritativas realizadas para solventar operaciones médicas en Líbano. De acuerdo a la denuncia, el cura utilizó el dinero para darse una vida llena de lujos en Manhattan, entre las cuales se contaron cirugías plásticas y diversos viajes.
"Bielecki, conocido como el , explotó su posición clerical para ganar la confianza de víctimas en todo el país y robarles cientos de miles de dólares", reveló el fiscal de los Estados Unidos, Damian Williams, para el distrito sur a New York Post.
Durante los últimos ocho años, el cura engañó los clérigos mediante la solicitud de donaciones a través de programas de radio locales y sitios de crowdfunding. Estas contribuciones fueron parte de un esquema fraudulento que manipuló la buena fe de los donantes.
No obstante, las autoridades fiscales descubrieron que durante ese tiempo, el acusado no estaba en Líbano, sino en Nueva York, donde realizaba compras en cafeterías y restaurantes. La investigación reveló que no salió de Estados Unidos entre diciembre de 2019 y abril de 2022, lo que desmiente sus afirmaciones en las que indicaba que estaba en Líbano.
Una de las tragedias que utilizó el estafador fue la explosión química del 4 de agosto de 2020 en Beirut, que cobró la vida de 218 personas. El sacerdote alegó haber resultado herido en el desastre para ganar la simpatía y el apoyo financiero de sus víctimas.
La denuncia presentada contra el clérigo expone cómo solicitaba a sus víctimas en varios estados, incluyendo Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Georgia y Florida, que enviaran cheques a su convento con la nota "Misión del Padre Pauel Bielecki" en la línea de memo.
De acuerdo a la investigación de las autoridades, estos fondos obtenidos de estas donaciones eran transferidos a cuentas personales y utilizados para cubrir gastos lujosos, como una membresía mensual de US$ 334 en un gimnasio de lujo. Además, entre diciembre de 2017 y febrero de 2024, el cura habría retirado casi US$ 50.000 en efectivo de sus cuentas bancarias y transfirió más de US$ 600.000 a dos compañías de tarjetas de crédito.
