Todo empieza como acabó. La migración irregular sigue siendo un asunto político candente en el que lejos de lograr un consenso, está enquistado y no arroja vías de solución en el escenario político entre los principales partidos.
El Gobierno sigue insistiendo en que el PP debe avenirse para reformar la Ley de Extranjería para regular el reparto obligatorio de menores migrantes entre las comunidades, mientras que el PP exige la declaración de situación de emergencia migratoria.
En el Ejecutivo dejan ver que la única solución que tienen en la recámara al reparto de migrantes pasa por reformar el artículo 35 de la Ley de Extranjería, el cual PP y Junts tumbaron en el Congreso de los Diputados en julio por verlo insuficiente. No hay «plan b» en el horizonte que trasladen de momento en público, una vez que han descartado la posibilidad de aprobar el traslado automático de menores migrantes por decreto ley
–como pide Canarias ante la emergencia–. El Gobierno esgrime que «quedaría sin efecto a las cuatro semanas porque no hay apoyo parlamentario». «La única solución que hay es una modificación de ley», subrayan en el Ejecutivo, mientras que trasladan, entre ataques, toda la presión al PP para que ceda. «Que dejen a un lado la demagogia», censuran.
Ayer mismo, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, incidió en ello al exigir que apoyaran la reforma de la ley. Está «en el tejado del PP» la solución a la saturación por la llegada de inmigrantes, dijo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A pesar de seguir sin contar con los votos necesarios para la reforma, el Ejecutivo rechaza hablar de otra solución y deja toda la presión a los populares. «¿Cuál es la solución que aporta el PP?», se preguntó la también ministra de Educación.
El Ejecutivo busca vender que es la oposición quien no formula propuestas ni cede y es por eso que denuncia que sin el PP no es posible organizar el reparto de menores al gobernar ellos en las principales comunidades. «Nuestra actitud es la mano tendida», señaló la portavoz. El Ejecutivo asegura que confiaba en que los populares llegasen de las vacaciones con «respuestas y con una política positiva» a aportar frente a esta situación. «Conocemos a todo lo que se oponen, pero ninguna proposición positiva», denunció la portavoz. En el Ejecutivo defienden que mantienen una «política de migración coherente con Europa» y critican que a su llegada al poder después de la moción de censura a Mariano Rajoy «no existía ninguna política migratoria». Alegría pidió a los populares «altura de miras» y que dejen de «copiar las políticas de la ultraderecha», en referencia a Vox.
Mientras, en el PP, la posición sigue siendo la misma, la de reclamar al Gobierno la «declaración de una situación de emergencia migratoria» en España tras el aumento de la presión migratoria en Ceuta y Canarias en las últimas semanas. La secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, criticó la «ausencia absoluta de una política migratoria del Estado por parte del Gobierno de España» y pidió una «política de Estado que contemple un control de fronteras y actuaciones en origen». Por ello, exigió «un plan de contingencia que tenga recursos económicos para que las administraciones, las comunidades autónomas, las ciudades autónomas puedan hacer frente al gasto extraordinario que están sufriendo», así como también demandó una Conferencia de Presidentes para que se pueda abordar «como una cuestión de todos y por tanto, entre todos se pueda resolver». Además, recomendó que se activasen «todos los mecanismos que un Estado como España tiene a su alcance en el ámbito europeo para que también se colabore desde las instituciones europeas en la protección de nuestras fronteras y en la habilitación de las políticas que sean necesarias para hacer frente a la crisis migratoria».
Por otro lado, el Gobierno, ante la llegada masiva de inmigrantes a nado estos últimos días a Ceuta, descartó la posibilidad de que esta situación esté siendo fomentada por Marruecos. Un rumor que viene alimentándose desde hace días en la prensa internacional, asegurando que el país vecino relajó la vigilancia en las jornadas previas. Fuentes gubernamentales confirman la buena salud de la relación con el reino alauí. Y es que la situación vivida en estos días recuerda al caos que se vivió durante la avalancha migratoria ocurrida en mayo de 2021 cuando, en plena crisis diplomática con Rabat, se produjo la entrada de más de 8.000 personas de forma irregular, alentada entonces por las autoridades marroquíes.