En las últimas décadas, las cocinas han experimentado una transformación significativa con la incorporación de un número creciente de electrodomésticos que facilitan las tareas diarias. Desde hornos eléctricos y microondas hasta batidoras, cafeteras y lavavajillas, la tecnología ha hecho que nuestras cocinas sean más eficientes y versátiles.
Sin embargo, este incremento en el uso de dispositivos eléctricos conlleva un riesgo importante: la posibilidad de una sobrecarga en el sistema eléctrico.Tener muchos equipos conectados de forma simultánea puede generar una demanda de energía superior a la capacidad instalada, lo que podría provocar cortocircuitos, daños en los aparatos e, incluso, incendios.
Uno de los aparatos que puede arder con mayor facilidad es la tostadora, por lo que después de usarla se recomienda que se desenchufe. Así, este electrodoméstico funciona gracias a unas resistencias eléctricas que alcanza altas temperaturas para conseguir dorar el pan.
En este caso, el problema puede ocurrir cuando al desenchufar el electrodoméstico se quedan restos de comida en su interior, lo que hace que se sigan calentando y, llegado el caso, lleguen a prenderse fuego por el calor de las resistencias. Además, el aparato puede tener algún fallo y puede llegar a producirse un cortocircuito, lo que desencadenaría en un incendio.
Por ello, para prevenir el riesgo de incendions lo recomendable es que se desenchufe el tostador justo después de utilizarse, así se reduce la posibilidad de que se sobrecaliente o tenga un fallo eléctrico que genere un cortocircuito y, por ende, un incendio.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico asegura que el gasto medio de energía en los hogares españoles es de 10.500 Kwh anuales. Así, entre los electrdomésticos que más consumen en el hogar, se encuentran el frigorífico, con un 28,9% de consumo, la televisión, con un 11,4%, y la lavadora, con un 11%.
De esta manera, el lavavajillas tendría un gasto mensual de 7,21 euros, seguido del frigorífico con un gasto mensual de 6,43 euros. Posteriormente, la lavadora y la televisión consumirían 3,27 euros al mes, mientras que el horno sería uno de los que menos gastarían, con tan solo 2,54 euros mensuales.
