El inminente desplazamiento de la diputada mendocina Lourdes Arrieta del bloque de La Libertad Avanza copó los despachos del oficialismo al comienzo de esta semana. La decisión ya está tomada y se hará efectiva mañana en una reunión de bancada en la que están citados sus 38 legisladores. Se prevé que sea la única salida por el momento, aunque en el Gobierno no descartan que más adelante no haya una nueva purga.
El jefe de bloque libertario, Gabriel Bornoroni, citó a sus diputados al Palacio Legislativo para este martes a las 20 horas para que voten la expulsión de Arrieta. Lo harán luego de que la mendocina arremetiera contra sus pares el jueves pasado en un encuentro de bloque, evento que terminó por colmar la paciencia de varios diputados, quienes la acusan en privado de operar en contra de LLA.
Ven como una ratificación de esa hipótesis los hilos que Arrieta publicó el fin de semana en su cuenta de X, en los que expuso conversaciones privadas del grupo que organizó la visita a genocidas de la última dictadura y borradores elaborados por diputados libertarios que proponían el fin de las penas para condenados por delitos de lesa humanidad.
Hay dos opiniones que son esgrimidas en privado por varios diputados y funcionario de Gobierno, aunque no compartidas por la totalidad del oficialismo.
Por un lado, hay una coincidencia generalizada que las visitas a los genocidas fueron contraproducentes para el espacio en todos los sentidos posibles. El principal desmarque lo hizo el Presidente al ser entrevistado días atrás. "No es mi agenda", afirmó. "Si me preguntás a mí, hay que echarlos a todos a la mierda", comentó una fuente con diálogo directo con Milei, aunque afirma que es una expresión de deseo y no algo que tenga posibilidad de pasar.
Pero, además, se abrió un signo de interrogante en el círculo libertario sobre cómo debe seguir este tipo de decisiones a posteriori. Y es que un segmento considera que la expulsión de Arrieta "no es suficiente".
"Se siguen manejando mal con filtraciones y su acercamiento a los K", indicó una fuente inobjetable dentro de la Cámara baja. Las destinatarias de ese mensaje no son otras que Rocío Bonacci y Marcela Pagano, a quienes muchos quieren afuera pero que el círculo chico de Milei y el tándem Menem-Bornoroni todavía no están dispuestos a echar.
Por su ferviente oposición a la designación de Ariel Lijo como candidato a la Corte Suprema, también será despedido de LLA el senador formoseño Francisco Paoltroni. En Diputados no se prevé otro desplazamiento que el de Arrieta: el bloque pasará a tener 37 diputados, empatando la cantidad de bancas que tiene el PRO.
Se trata de una nueva disminución de la cantidad de diputados que tiene el oficialismo, que cuenta con otros éxodos de algunos de sus integrantes, aunque menos recordados: el primero fue la decisión de Carolina Píparo de no integrarse al bloque junto a Lorena Macyszyn, diputada electa el año pasado. La ruptura de la excandidata a gobernadora bonaerense libertaria se dio después del balotaje, luego de que Milei decidiera no darle la titularidad de la Anses que le había prometido en campaña.
Más resonante fue el caso de Oscar Zago, el antecesor de Bornoroni como líder de LLA en Diputados. Su pasado como legislador porteño por el PRO nunca cayó bien en el círculo chico de Milei, que sólo admitió que sea jefe de bloque por la falta de diputados libertarios con experiencia legislativa previa. Fue desplazado de la titularidad del bloque luego del primer debate de la Ley Bases. Fue por eso que decidió armar el bloque MID con María Cecilia Ibáñez y Eduardo Falcone, dos diputados que también están afiliados a ese partido.
Zago nunca logró entenderse con Menem, indican testigos de ese vínculo. En las últimas semanas como jefe de bloque, el presidente del MID debía ir hasta la oficina de Guillermo Francos en Casa Rosada para anoticiarse de los avances en las negociaciones de la Ley Bases.
Aunque no es una relación recompuesta, la predisposición de la jefatura libertaria parece distinta. Consultados por El Cronista, en Casa de Gobierno afirman que hay una intención de mejorar la relación con el bloque de tres diputados. Se trata de una decisión que busca fortalecer la posición del oficialismo ante votaciones clave, donde los votos puedan estar justos. "No nos sobra nadie", afirma un funcionario.
La lectura en algunos despachos es que la luna de miel con los bloques opositores ya pasó. "Este año ya está jugado", reconoce un alfil libertario de confianza para Milei. Con eso en mente, consideran poco probable que puedan pasar reformas más audaces como la laboral y la previsional: surge la sensación de que los proyectos gruesos deberán pasar después del recambio legislativo de diciembre de 2025.
Para ese entonces, los libertarios sólo deben renovar tres bancas: las dos porteñas que en un principio consiguieron Milei y Villarruel y la de José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires. Los armadores nacionales de LLA buscan que haya una mejora no solo cuantitativa sino cualitativa de los diputados, es decir, con mayor pureza ideológica y elegidos para evitar "librepensadores" que carezcan de disciplina partidaria.
La pregunta de estos días también pasa por la insistencia que el Congreso hará sobre el veto a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria. Mientras que en Diputados el escenario es más complicado para el oficialismo, si los senadores del PRO cambian de opinión y votan negativo podrían evitar que la oposición logre aprobar definitivamente.
Si se logra el escenario adverso para el Gobierno, sería la segunda ocasión en lo que va de siglo que se daría marcha atrás con un veto. Aunque aquello dejaría en evidencia la debilidad legislativa de los libertarios, cerca de Milei advierten que ya está contemplada esa posibilidad y que se está buscando un "Plan B".
"Milei y los Caputo están estudiando lo que puede pasar", afirman. Si avanza el proyecto deberán erogarse mayores partidas presupuestarias para el gasto previsional. Aunque las estimaciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC) afirman que sería un incremento de 0,44% del PBI, en Hacienda marcan que sería superior a 1,2%.
De todas maneras, afirman que no estará en riesgo el objetivo de superávit fiscal y que la señal de veto fue bien recibida por los mercados el pasado viernes, cuando subieron los bonos posteriormente al anuncio de la Oficina del Presidente (OPRA). Las charlas de Milei con su ministro de Economía serían tendientes a evaluar futuros recortes para no prescindir del equilibrio fiscal que el Gobierno usa como ancla de expectativas para el plan económico.