La misión Cluster es un programa de la Agencia Espacial Europea (ESA) que comenzó en el año 2.000 con el lanzamiento de cuatro naves espaciales idénticas, diseñadas para operar como satélites. Los dispositivos fueron colocados en una formación tetraédrica en una ubicación que les permite la obtención de datos tridimensionales de la magnetosfera y sus interacciones con el viento solar. Este año, uno volverá a la Tierra.
"Esto marca el final de la histórica misión, más de 24 años después de que fuera enviada al espacio para medir el entorno magnético de la Tierra", expresó la ESA en un comunicado oficial sobre el retorno del satélite.
La misión Cluster de la Agencia Espacial Europea (ESA) es una de las iniciativas más ambiciosas en el estudio del espacio cercano a la Tierra. Lanzada el 16 de julio de 2000, Cluster está compuesta por una constelación de cuatro satélites diseñados para ofrecer una visión detallada y simultánea del entorno magnético terrestre.
Cluster ha permitido a los investigadores observar y analizar el comportamiento del campo magnético y perturbaciones en tiempo real. También ha contribuido a la mejora de previsiones del clima espacial y el conocimiento de los impactos en las redes eléctricas terrestres.
"Llamamos 'clima espacial' a la influencia del viento solar en el entorno magnético de la Tierra. Y hasta que apareció Cluster, el clima espacial seguía siendo un misterio", afirma la ESA.
Los cuatro satélites de la misión Cluster son apodados Rumba (Cluster 1), Salsa (Cluster 2). Samba (Cluster 3) y Tango (Cluster 4). La ESA ha confirmado el retorno de Salsa para septiembre del 2024.
Cluster no había sido diseñada para durar tanto tiempo, según indica la agencia. Inicialmente, su objetivo era estudiar la interacción entre el Sol y la Tierra durante dos años. Pero, la nave espacial de la ESA mantuvo a los satélites en funcionamiento
La reentrada será llevada a cabo de manera dirigida y convertirá a Cluster en un pionero en la mitigación de desechos espaciales porque el equipo de la ESA está controlando que ningún fragmento que no logre descomponerse caiga cerca de la Tierra. Asimismo, indicaron que están buscando la forma de observar la llegada del satélite desde un avión.
"A pesar de que estamos seguros de que ningún fragmento superviviente caerá cerca de la Tierra, todavía tenemos muy pocos datos sobre cómo se comportan las naves espaciales a medida que pasan por las capas inferiores de la atmósfera", preceisa la ESA.