La agencia espacial japonesa (Jaxa) anunció el lunes que las operaciones de su módulo lunar, que sobrevivió a tres gélidas noches lunares, habían terminado, un año después de su lanzamiento.
El Smart Lander for Investigating Moon (SLIM) alunizó en enero, convirtiendo a Japón en el quinto país en posarse con éxito en el satélite natural de la Tierra después de Estados Unidos, la Unión Soviética, China e India.
La Jaxa anunció en la red social X que no había recibido respuesta de la nave espacial, lanzada en septiembre de 2023, tras intentar comunicarse con el módulo la semana pasada.
"Consideramos que no había ninguna perspectiva de poder restablecer la comunicación con el SLIM y el 23 de agosto, hacia las 22H40, enviamos una orden para detener [su] actividad", explicó la Jaxa.
La sonda japonesa "continuó transmitiendo informaciones sobre su estado y entorno durante un periodo mucho más largo de lo esperado", celebró la agencia japonesa.
"En el momento del lanzamiento, nadie imaginaba que la operación se prolongaría durante tanto tiempo", añadió.
La misión del SLIM, que no fue diseñado para resistir gélidas noches lunares durante dos semanas, consistía en realizar análisis de rocas que supuestamente proceden de la estructura interna de la Luna, el manto lunar, que aún se conoce muy poco.
La misión japonesa también pretende avanzar en la investigación de los recursos hídricos de la Luna, una cuestión clave debido a los planes de Estados Unidos y China de instalar bases ahí.
Los dos primeros intentos japoneses de alunizar salieron mal. En 2022, una sonda de la Jaxa, Omotenashi, a bordo de la misión estadounidense Artemis 1, sufrió un fallo fatal de la batería poco después de su eyección al espacio.
Y el año pasado, un módulo de alunizaje perteneciente a la empresa privada japonesa ispace se estrelló en la superficie de la Luna, fracasando en la etapa crucial del descenso suave.