La tensión en el caso de Daniel Sancho (30 años), acusado del asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta , está a punto de alcanzar su punto culminante. Este 29 de agosto, la Corte de Koh Samui en Tailandia emitirá su veredicto, tras semanas de deliberaciones y un juicio que ha capturado la atención internacional. Sin embargo, mientras la familia del acusado se encuentra presente en el país asiático, los familiares de la víctima enfrentan una dolorosa realidad: no podrán estar allí para escuchar la sentencia en persona. La familia Arrieta, sumida en el dolor por la pérdida irreparable de Edwin, se enfrenta a serias dificultades económicas que les han impedido viajar a Tailandia. Aunque en un principio se pensó que podrían estar presentes en la lectura del veredicto, la complicada situación financiera que atraviesan les ha obligado a permanecer en Colombia. Por su parte, Juango Ospina , abogado de los Arrieta, confirmó que ni siquiera la hermana de Edwin, Darlin Arrieta , podrá trasladarse a España para seguir el proceso desde allí. Por otro lado, la familia Sancho, encabezada por el actor Rodolfo Sancho (49 años), ya se encuentra en Koh Samui, siguiendo de cerca los últimos días de un juicio que podría definir el destino de Daniel. Este contraste entre ambas familias es evidente: mientras unos han podido asegurar su presencia en el país, los Arrieta han tenido que confiar plenamente en la Fiscalía tailandesa y en su representante legal, Juango Ospina, quien sí ha viajado a Tailandia en varias ocasiones durante el proceso judicial, puesto que no han podido personarse en la causa debido a la legislación tailandesa, que no permite la figura de la acusación particular. Además, la Corte ha limitado las solicitudes para asistir a la lectura de la sentencia, permitiendo únicamente la presencia de los Sancho. Esto deja a la familia Arrieta en una situación de desprotección, sin la posibilidad de estar presentes en un momento tan crucial. Por su parte, la defensa de Daniel Sancho se muestra optimista, esperando que el joven pueda enfrentar una pena menor, posiblemente de unos ocho años de prisión, con la esperanza de que parte de esta condena se cumpla en España. Sin embargo, todo depende del contenido de la sentencia que se revelará en los próximos días. A medida que se acerca la fecha, la familia Arrieta espera con angustia un desenlace que al menos les brinde algo de paz, aunque deberán seguirlo desde la distancia, con el dolor de no haber podido estar en Tailandia para ver cómo se decide el futuro del acusado.