Foto cortesía de la UNRWA / ONU
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por el aumento de las hostilidades, afirmando que estas acciones ponen en riesgo a las poblaciones de Líbano e Israel, además de amenazar la estabilidad en la región.
Guterres hizo un llamado a la desescalada inmediata, subrayando la necesidad de evitar un conflicto de mayor envergadura.
Estados Unidos, Egipto y Qatar han estado trabajando para negociar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y el grupo Hamas en El Cairo.
Aunque Hamas ha enviado una delegación para recibir actualizaciones, las negociaciones enfrentan desafíos, principalmente por la insistencia de Israel en mantener presencia a lo largo de la frontera entre Egipto y Gaza, un área clave para la seguridad en la región.
Tor Wennesland ha destacado la importancia de las conversaciones en El Cairo para salvar vidas civiles y reducir las tensiones. Según el enviado especial, la ONU, en cooperación con la Autoridad Palestina, está lista para acelerar los esfuerzos para atender las necesidades urgentes de la población en Gaza, que ha estado sufriendo durante mucho tiempo debido al conflicto.
Una declaración conjunta de Jeanine Hennis-Plasschaert, Coordinadora Especial de la ONU en el Líbano, y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL), pidió a Israel y Hezbolá abstenerse de cualquier acción que pueda aumentar la violencia. El objetivo es regresar al cese de hostilidades y avanzar hacia la implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras tanto, en Gaza, la crisis humanitaria se agrava. La oficina de coordinación de ayuda de la ONU, OCHA, ha alertado sobre la escasez de suministros vitales, como el cloro, necesario para purificar el agua.
La situación se agrava con el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, especialmente entre los niños, debido a las malas condiciones de saneamiento en los refugios superpoblados.
Un ataque reciente impactó una escuela utilizada como refugio en la ciudad de Gaza, resultando en la muerte o herida de varios niños. El Comisionado General de UNRWA, Philippe Lazzarini, informó que este es solo uno de los muchos ataques contra infraestructuras civiles durante el conflicto. Desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, más de la mitad de las escuelas utilizadas como refugios en Gaza han sido atacadas.
UNICEF ha reportado que siete de cada diez escuelas de UNRWA han sido atacadas, lo que ha resultado en la muerte de más de 500 personas y más de 1,700 heridas.
Estas acciones violan el derecho internacional humanitario, que protege a las infraestructuras civiles durante los conflictos, y han llevado a la ONU a reiterar la necesidad de respetar las normas internacionales.
El número de muertos en Gaza continúa aumentando en ausencia de un acuerdo de alto el fuego. Según las autoridades sanitarias, más de 40,000 personas han muerto desde el inicio del conflicto.
OCHA ha señalado que los desplazamientos repetidos han dificultado la atención a los niños desnutridos, impidiendo un seguimiento adecuado y el acceso a suministros necesarios para tratar la enfermedad.
Entre el 3 y el 16 de agosto, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) distribuyó suplementos nutricionales a más de 26,000 niños menores de cinco años y 12,000 mujeres embarazadas y lactantes en Gaza. Sin embargo, la falta de insumos para la producción agrícola y ganadera está obstaculizando la restauración de la seguridad alimentaria en la región.
