Su caminar «lento» y signos de «agotamiento» indicaron a Estefanía Muro que algo no iba bien. Había un comportamiento raro en Rambo, uno de los uros de Paleolítico Vivo , la reserva vinculada a un proyecto de reintroducción de bisontes y caballos en peligro de extinción en el entorno de Atapuerca (Burgos). Y al día siguiente, otro ejemplar comenzó con salivación «muy pastosa». Sabiendo que la Enfermedad Hemorrágica (EHE) estaba cerca, pronto ataron cabos. Esta infección no contagiosa que ataca sobre todo a la fauna silvestre, en especial a los cérvidos, pero también al vacuno ya estaba dentro. «Era obvio que era el virus», señala esta bióloga que lo primero que hizo fue preguntar cómo evitar contagios y comunicar a...
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