Luego de que un 'ampay' con Priscila Mateo generara revuelo en el mundo del entretenimiento, Julián Zucchi rompe su silencio y revela cómo este encuentro cambió su perspectiva de vida. El argentino no solo habla de los desafíos que enfrentó tras el escándalo, sino también de las lecciones que ha aprendido.
En medio de la controversia, Zucchi aprovechó para enviar un mensaje directo a Yiddá Eslava, su pareja de muchos años, reafirmó su compromiso con ella. Asimismo, se tomó un momento para dirigirse a los conductores de espectáculos Rodrigo González, conocido como 'Peluchín', y Magaly Medina, quienes en su momento no dejaron de comentar sobre la situación.
Durante la conversación, el exintegrante de Parchis explicó que Priscila llegó en un momento en el que estaba emocionalmente cerrado debido a la separación de su expareja, Yiddá Eslava. "Yo estaba muy encerrado y apareció Priscila Mateo a hacerme un reportaje", relató.
Zucchi también destacó las cualidades intuitivas de Priscila y cómo ella supo ver más allá de su "coraza", permitiéndole abrirse y comenzar a sanar. "Ella tiene un talento, es muy intuitiva, cuando ve a una persona que está en una coraza tan grande y ve un poco de luz dentro, ella sabe cómo entrar", comentó.
Reveló que desde que conoció a Priscila, su vida experimentó un cambio positivo. "En ese momento, mi vida empezó a ser más linda. Empecé a vibrar más alto. Me fue bien con mis shows y las marcas ya querían trabajar conmigo. Mi vida era feliz, estaba en el mejor momento", aseguró.
El artista atribuyó este cambio a su vínculo con Priscila, quien, según él, lo ayudó a salir de su estado de reclusión emocional y redescubrir la felicidad. "Desde que yo conocí a Priscila, volví a bailar. La gente lo toma como algo superficial, pero para mí es un montón. Yo estaba encerrado como un ermitaño y volví a sentir vida y estaba feliz", añadió, y enfatizó el impacto positivo que la reportera tuvo en su vida.
En el mismo diálogo, Julián Zucchi también abordó su relación con Yiddá Eslava, su expareja y madre de sus hijos. Reflexionó sobre su proceso de separación, Zucchi admitió que la ruptura fue difícil y estuvo marcada por momentos de enojo, especialmente por la cobertura mediática y los comentarios en redes sociales.
Zucchi expresó que, a pesar de la separación, siente un profundo respeto y admiración por Yiddá Eslava como madre de sus hijos. "Estoy orgulloso de Yiddá como la mamá de mis hijos. Si algún día me tengo que ir de viaje, o me pasa algo, puedo quedarme tranquilo porque mis hijos tienen una gran madre", afirmó.
Además, manifestó su deseo de mantener una relación cordial y de apoyo mutuo por el bien de sus hijos. "Espero que a ella le pase lo mismo conmigo. Ojalá algún día podamos ser equipo, y si a ella le pasa algo, yo voy a estar ahí. Los chicos pueden estar conmigo", dijo.
El actor también recordó los momentos difíciles tras la separación, como el tener que dejar la casa familiar y adaptarse a una nueva vida. "Teníamos una linda casa y de repente tenía que alquilarme un departamento que no tenía muebles, dormía en el piso. Esa fue la imagen de la soledad", recordó.
A pesar de estos desafíos, Zucchi afirmó que está en paz con las decisiones que tomó y con el esfuerzo que puso en intentar salvar la relación. "Luché porque tenía muchas cosas que perder. Lo intentamos todo (con Yiddá Eslava). Hoy tengo la conciencia tranquila de que di todo por mi familia y por mi relación", sostuvo.
Por último, Zucchi se refirió al impacto mediático que tuvo su 'ampay' con Priscila Mateo y cómo este episodio marcó un punto de inflexión en su relación con Yiddá. "Cuando sale mi ampay en Madrid, algo la hace enojar. Ahí empezó todo el tema mediático que yo siempre quise manejarlo en privado", explicó.
No obstante, el exintegrante de 'Combate' declaró que ya no guarda rencor hacia los presentadores Magaly Medina y Rodrigo González, 'Peluchin', quienes cubrieron el escándalo. "Hoy ya no me peleó con nadie. Me puede cruzar con ellos. Qué digan lo que me digan, espero no picarme ni enojarme nunca más", concluyó, y mostró una actitud más tranquila y reconciliada frente a los eventos recientes.