En el camino hacia la transición verde, el coche eléctrico ocupa una posición destacada. Es una de las cartas por las que se apuesta para reducir las emisiones, cambiar la movilidad y conseguir cumplir con los objetivos de sostenibilidad. Sin embargo, y a pesar de que los grandes fabricantes han entrado en la carrera, ¿está este proceso de cambio asentándose sobre una base firme? Si se pregunta a los talleres mecánicos, esos que se enfrentan al día a día de los coches de la ciudadanía, la cuestión no está tan clara. O no acaban de ver la llegada del eléctrico o no están preparados para ellos. La plataforma Autodata —especializada en información técnica sobre vehículos— estima que, a pesar de que la Unión Europea ya ha puesto fecha para el fin de la venta de vehículos de combustión (será el 1 de enero de 2035), todavía falta personal mecánico preparado para los eléctricos. Sus datos apuntan que «el número de mecánicos especializados en vehículos eléctricos no está creciendo a la tasa esperada para dar respuesta a la demanda». Cuando se le pregunta a José Rodríguez, miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (Cetraa) y presidente de Asintra (Cetraa Santa Cruz de Tenerife), sobre cómo abordan el taller independiente el tema, responde que «para el eléctrico 100% ni se ha preparado ni le interesa». Y en este último apunte entran en juego unos cuantos factores que explican por qué todavía ven a estos vehículos con bastante escepticismo. «La demanda no es mucha», indica. «Es escaso», apunta. Las razones por las que la gente todavía no está comprando eléctricos , explica Rodríguez, están en que todavía tienen dudas. La batería tiene una fecha de caducidad de 7 a 8 años, señala, y cambiarla es todavía demasiado caro. A eso suma que todavía faltan puntos de carga. «Las ciudades no están preparadas», sintetiza. «No le vemos mucho futuro al eléctrico», asegura. «No le vemos un futuro tal y como se está proponiendo», puntualiza. El experto cree que, cuando las subvenciones sobre la compra de estos vehículos se terminen, también lo hará su momento de gloria. Por eso, aunque los coches de combustión tengan esa fecha anunciada de apagón, no ve su desaparición como algo que vaya a pasar de un día para otro. Ahora mismo, los talleres tampoco saben muy bien qué hacer con un eléctrico. Los datos de una encuesta de Varta entre talleres españoles concluyen que tres de cada cuatro no están preparados a nivel herramientas para reparar eléctricos o híbridos. Un 50% reconoce que adquirir la formación especializada es difícil y un 60% que no está preparado para repararlos. «El taller independiente lo manda al concesionario», explica Rodríguez. Autodata reivindicaba hace unos meses una apuesta por la formación en FP especializada. «Necesitamos técnicos especializados en España y no existe financiación pública para ello», decía entonces Tasio Martin Lasheras, responsable de desarrollo de datos en el Centro de Excelencia de Sevilla de Solera, su grupo matriz. «Los talleres están perdiendo negocio, pero, sobre todo, los conductores están perdiendo la oportunidad de elegir dónde reparar sus vehículos para poder conducir de forma segura», indicaba. Con todo, los talleres no solo ven problemas en cuestiones de conocimientos. Rodríguez apunta que los talleres independientes sienten una falta de seguridad a la hora de trabajar con eléctricos por las baterías de litio y el temor a una explosión. No es el único problema que generan. «Las baterías, ¿qué hacemos con ellas?», pregunta, ya que están hechas de un material de gestión compleja y contaminante. Contaminación es también otro de los puntos que llevan al mecánico a ver los eléctricos con ojos un tanto críticos, porque si bien es cierto que no emiten emisiones, recuerda que también hay que tener presente el proceso de fabricación y extracción de materiales y los efectos que tienen donde se produce. «Europa no es el mundo», sintetiza. Y si este es el contexto que se ve desde el taller con los eléctricos, cuestión distinta es, eso sí, lo que ocurre con los híbridos. Rodríguez dice que llegan a los talleres —la ciudadanía los está comprando— y sobre los que no tienen ningún problema de trabajar con ellos. Los híbridos «se ven bastante más» y en los talleres los trabajan «sin problema ninguno». Si se pregunta a los talleres por cuáles son los problemas a los que se enfrentan ahora mismo, más que hablar de coches eléctricos hablan de la dificultad para captar talento o afrontar el recambio generacional. También hablan de los problemas para acceder a los recambios. Este último punto es especialmente destacable porque el comportamiento del público ha cambiado en los últimos años. Puede que en los talleres no estén viendo más eléctricos, pero sí muchas más puestas a punto. «Se reparan más vehículos que antes de la pandemia», señala Rodríguez. No saben qué coches nuevos comprar y prefieren ir reparando lo que tienen, pero para llegar a los recambios hay que esperar mucho. Rodríguez defiende que la vida útil de los coches puede ser muy larga.