A falta de definir el acoplamiento del autobús por parte del Ayuntamiento de Alicante, la ciudad se enfrenta en los próximos meses a las dos grandes obras que van a transformar la movilidad. Esta misma semana, las dos administraciones con capacidad inversora (Adif y Generalitat Valenciana) han avanzado en los proyectos de ampliación y remodelación de la estación de Renfe y su conexión subterránea entre el TRAM. Serán un mínimo de cinco años de obras; pero es la primera vez en muchos años que la intermodalidad cobra forma. Es evidente que el marco de cooperación entre Gobierno, Consell y consistorio ha funcionado.