El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa acusó el sábado a las autoridades ucranianas de "perseguir" a los fieles y pidió ayuda a la comunidad internacional, tras la prohibición en Ucrania de la rama vinculada a Moscú de esa denominación cristiana.
El patriarca Cirilo consideró "crítica" la situación de los feligreses de la iglesia e instó a los líderes de otras confesiones cristianas y de organizaciones internacionales a "levantar la voz en defensa de los creyentes perseguidos".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, promulgó este sábado la ley que prohíbe las actividades de la Iglesia Ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú, durante mucho tiempo el principal culto del país.
Esta denominación cristiana cortó sus vínculos con Moscú en 2022, después de la invasión rusa de Ucrania. Pero las autoridades ucranianas siguieron considerándola bajo influencia rusa y multiplicaron las acciones legales en su contra, que condujeron al encarcelamiento de decenas de sacerdotes.
Aunque en las últimas décadas perdió influencia frente a la nueva Iglesia Ortodoxa Ucraniana independiente, fundada en 2018, mantiene aún miles de parroquias en todo el país.
"Los ortodoxos ucranianos dan hoy un paso para liberarse de los demonios de Moscú", declaró Zelenski tras promulgar la ley.