Jean Améry, escritor austriaco antifascista, dio con sus huesos en un campo de concentración nazi. Y supo de la tortura en propia carne. Y escribió sobre ella y el suicidio. Y levantó la mano contra sí mismo y dijo adiós a la vida en 1978. Las secuelas del horror hicieron mella en su ser torturado. Dejó para la posteridad varios libros y sentencias terminantes. “Solo en la tortura la transformación del cuerpo en carne se hace completa”.