Hace tiempo que entre Pedro Sánchez y Emiliano García-Page se puede cortar la tensión con un cuchillo. Tras años de escalada por los coqueteos del líder socialista con el independentismo, la guerra es ya una realidad. El detonante, como no podía ser de otra manera, ha sido el pacto fiscal suscrito entre el Ejecutivo y ERC para sacar a Cataluña del régimen común con un sistema de financiación a medida, más parecido al concierto vasco que otra cosa. El presidente del Gobierno ha dado orden de derribar a su adversario castellanomanchego, al que propinó un sonoro tortazo hace menos ...