Escribir en el mes de agosto tiene algo de aventura en el desierto de Gobi. Primero, porque no es zona de camellos, que siempre son muy vistosos. Segundo, porque casi nadie sabe por dónde cae el tal desierto. Tercero, porque la mayoría de los ciudadanos están de vacaciones y lo último que desean es que alguien les agobie contando historias más difíciles de llevar que unas chanclas. En el gremio periodístico se dice “echar mano de la nevera”, que es lugar donde se han ido acumulando durante todo el año los temas menos interesantes para un presunto lector ansioso. De ahí que algo ta ...