La forma perfecta de bañarse asegura una buena higiene y también previene problemas de piel. Un dermatólogo explicó cuál es la primera parte del cuerpo que hay que limpiar para lograrlo.
Conocer y aplicar estas recomendaciones del dermatólogo Sergio Alique García, de la clínica AIP de España, es clave para mantener la salud de la piel y aprovechar al máximo el momento del baño.
Para lograr la forma perfecta de bañarse, el dermatólogo Sergio Alique García recomienda empezar siempre por el pelo.
El experto indicó que el lavado del cuero cabelludo debe ser lo primero. También señaló que el acondicionador debe aplicarse inmediatamente después del shampoo.
La forma correcta de bañarse comienza siempre lavando el cabello primero. (Foto: Freepik)
Mientras estos productos hacen efecto en el cuero cabelludo, el especialista recomendó usar jabón para limpiar el resto del cuerpo siguiendo el método "arriba hacia abajo":
En su explicación, Alique García enfatizó la importancia de lavar bien los pies, ya que es una de las zonas donde más microorganismos se acumulan debido al constante movimiento. "Nos lavaremos los tobillos y los pies, ya que es una de las zonas de la piel donde más microorganismos se acumulan", afirmó.
El dermatólogo explicó que si uno comienza lavándose todo el cuerpo con jabón y deja el pelo para lo último, el shampoo que cae al cuerpo puede dañar la piel, dejando impurezas y causando acné debido a sus agentes químicos.
La Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha investigado el hábito de bañarse todos los días. Según el científico Robert H. Shmerling, es importante que la piel conserve una pequeña capa de grasa natural, la cual se puede perder con baños diarios.
Bañarse todos los días puede eliminar una capa protectora de grasa natural en la piel. (Foto: Shutterstock)
Shmerling explica que el sistema inmunológico necesita cierta exposición a microorganismos y suciedad para desarrollar anticuerpos y memoria inmunológica. Por esta razón, algunos pediatras desaconsejan el baño diario en niños, destacando la importancia de encontrar un equilibrio adecuado en la frecuencia del baño.
