Un estudio científico reciente ha destacado cómo jugar videojuegos puede tener un efecto positivo en la salud mental, revelando que estas actividades no solo proporcionan entretenimiento y diversión.
Según el estudio científico publicado en el sitio Nature Human Behaviour, estos juegos no solo ayudan a reducir la angustia psicológica, sino que también mejoran la satisfacción general.
El reciente estudio publicado en Nature Human Behaviour revela que los videojuegos pueden ofrecer beneficios para la salud mental. Este hallazgo se basa en una muestra extensa de más de 97.000 participantes y utiliza un enfoque metodológico avanzado, que incluye técnicas de machine learning para obtener resultados más precisos.
Durante la pandemia en Japón, el experimento se llevó a cabo en una situación inusual: solo se podía obtener una consola de videojuegos mediante un sorteo nacional.
Al analizar las respuestas de los ganadores y perdedores, los científicos descubrieron que poseer una consola reducía la angustia psicológica y mejoraba la satisfacción con la vida en un rango de entre el 0,1 y el 0,6.
"La pandemia puede haber amplificado algunos efectos, pero no creemos que altere el hallazgo central de que los juegos pueden tener impactos positivos en el bienestar mental" explica Hiroyuki Egami, científico del comportamiento de la Universidad de Nihon, en Tokio, y autor principal del estudio.
Aunque el estudio no abordó el efecto de juegos específicos, ofrece una visión amplia de los beneficios generales de los videojuegos en la salud mental, desafiando la percepción común de que estos juegos solo proporcionan un alivio temporal:
Esta investigación añade peso a estudios previos que también han encontrado beneficios en la salud mental asociados con los videojuegos. La literatura científica, incluyendo estudios de la Universidad de Oxford y la Universidad de Limerick, ha respaldado la idea de que jugar videojuegos puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión.
A pesar de la percepción negativa de los videojuegos en el pasado, la comunidad científica ha comenzado a explorar sus posibles efectos positivos. Los estudios recientes han desacreditado la relación entre los videojuegos y la violencia, y han cuestionado las preocupaciones sobre la adicción, destacando que estos problemas son minoritarios.
El creciente reconocimiento de los beneficios psicológicos de los videojuegos no debe desviar nuestra atención de la necesidad de un uso equilibrado y consciente: