El pasado jueves, la Vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris vivía dos grandes momentos en su vida profesional y sentimental. Durante la convención del partido demócrata en Chicago pronunció su esperado discurso de aceptación de la nominación a la presidencia del país de cara a las próximas elecciones frente a Donald Trump . Pero ese día, Harris ya celebraba una fecha importante en su historia de amor: diez años de matrimonio junto a su marido y mano derecha Douglas Emhoff , quien se convirtió en segundo caballero de Kamala y apoyó siempre a su mujer en su carrera política. Segundo en inscribirse en el historial amoroso de la Vicepresidenta de la Casa Blanca, su historia es definida por un tardío pero verdadero amor lleno de entrega y dedicación del uno para el otro. Antes de enamorarse de Emhoff, tuvo una única relación marcada por la diferencia de edad de 31 años con el alcalde de San Francisco Willie Brown . Ella tenía 29 años y él una extensa carrera en la polémica, con amantes, casos de corrupción e influencias políticas. Cinco años después, Kamala rompió su relación con él y no se le conocieron más relaciones hasta su romance con Douglas. Con la significativa y romántica decisión de abandonar, el pasado agosto, su trabajo como abogado en el bufete DLA Piper para no perjudicar la trayectoria de Harris y facilitar su triunfo, le demostró que sería el hombre de su vida. De un flechazo se enamoraron en 2013, y desde entonces todo ha ido sobre ruedas. Él estaba divorciado y tenía dos hijos cuando conoció a la política, pero ella encajó a la perfección en la familia y son muchos ya los bonitos momentos que han vivido juntos y que no dudan en compartirlos en sus redes sociales. «Amo a mi marido. Es divertido. Es bueno. Es paciente. Le gusta cómo cocino. Es un gran hombre», dijo Harris en una ocasión. De su historia de amor podría perfectamente hacerse una película de romance, aunque ya fue detallada en la autobiografía de la política. Gracias a Christette Hudin , conocida consultora de relaciones públicas que actuó entre ellos como celestina, Kamala y Douglas se conocieron por primera vez en una cita a ciegas en 2013. Ella en aquel entonces era fiscal general de California y él socio administrador de un bufete de abogados que se había separado tras 16 años de matrimonio y fue, según sus palabras, «amor a primera vista». Emhoff dio el primer paso para llamarla y Harris confió plenamente en el gusto de su amiga. Días después, Douglas le escribió un mensaje para contarle que estaba viendo un partido de los Lakers, que ella contestó animando al equipo del que ni siquiera era. A la mañana siguiente, él le mandó un correo electrónico con el que iba al grano y le detalló su disponibilidad para los siguientes meses con la intención de concertar más citas. «Soy demasiado mayor para andarme con tonterías o jugar al escondite. Me gustas mucho, y quiero ver si podemos hacer que esto funcione», le dijo en el texto. En poco tiempo, él ya le propuso matrimonio de forma inesperada. Ella se encontraba muy estresada haciendo una maleta y le pidió a él cancelar su plan de salir a cenar por la noche. En su lugar, pensaron en pedir comida a un tailandés y, cuando revolvía un cajón de la cocina para encontrar el menú del restaurante, él se dirigió a la política y le aseguró con firmeza que quería pasar su vida con ella. Pero ella, concentrada en mirar el menú no se dio siquiera cuenta de que ese momento estaba siendo una pedida de matrimonio, y él tuvo que volver a declararse. En realidad, él tenía pensado pedírselo delante del Ponte Vecchio de Florencia, pero no pudo aguantarse más y se arrodilló en la misma cocina con el anillo en las manos y le formuló oficialmente la pedida. Ella, entre lágrimas y con el maquillaje corrido, no dudó en decirle que estaba segura de querer casarse con él. El 22 de agosto de 2014, cuando a ella le faltaban algunos meses para cumplir los 50, se casaron en un juzgado de Santa Bárbara en una ceremonia íntima, con guirnalda de flores al cuello y pisada de cristales como tradición, a la que asistieron sus familiares y amigos más cercanos, incluidos los dos hijos de Douglas de su anterior matrimonio, Cole y Ella . Los jóvenes siempre han mostrado su apoyo a Kamala, a quien llaman 'Momala' en lugar de utilizar el término madrastra. La primera vez que les conoció también fue especial. Cuando la pareja comenzó a salir, ellos estaban en el colegio y en el instituto y su padre les cuidaba el tiempo que se lo permitía la custodia compartida con su primera mujer, Kerstin , a quien Kamala también conoció y con quien congenió como verdaderas amigas. Con Kerstin asistía incluso a los campeonatos de natación y los partidos de baloncesto de Ella. Ahora, marido y mujer son uña y carne y dejan con frecuencia en redes sociales instantáneas en las que muestran lo enamorados que están. Douglas casi apenas publica contenido de él mismo, pues siempre prefiere compartir contenidos donde aparezca ella, de quien está tremendamente orgulloso. Kamala Harris tiene para su vida personal y su carrera profesional el hombro de Douglas para apoyarse cuando lo necesite y él, estará encantado de continuar junto a ella en todo lo que les espera.
