Cuatro países latinoamericanos expresaron rápidamente su desacuerdo con que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela ratificara la supuesta victoria del actual presidente Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio, pese a las denuncias de juego sucio de la oposición respaldadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) y gran parte de la comunidad internacional.