En el último día de la Convención Nacional Demócrata, celebrado el pasado jueves 23 de agosto en Illinois, Kamala Harris aceptó ser oficialmente la candidata por el Partido Demócrata y enfrentar a Donald Trump en estás elecciones presidenciales históricas por todo lo acontecido.
Como era de esperarse, Harris mencionó en su discurso de aceptación varios puntos importantes que serán parte de su agenda, en el caso de llegar a la Casa Blanca. No obstante, no dudó en responder a su ahora adversario y mandarle un fuerte mensaje luego de ser tildada "marxista radica".
La vicepresidenta, y ahora candidata por el Partido Demócrata, criticó al ex presidente Donald Trump durante cuarto día de la convención señalándolo como una amenaza para la libertad y advirtió que, de ser reelegido, las consecuencias serían "extremadamente serias".
"Piensen en el poder que tendrá, especialmente después de que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos acaba de dictaminar que sería inmune al procesamiento penal”, señaló Harris.
Bajo esa misma línea, recordó los problemas que tiene Donald Trump con la justicia y el trágico asalto al Capitolio en el 2021, definiéndolo como alguien que no es serio y acusándolo de querer hacer retroceder a Estados Unidos. Sin embargo, en su intervención, afirmó que, a diferencia de su oponente republicano, Donald Trump, no será "amigable" con dictadores.
El expresidente Trump, actualmente de gira por Arizona, respondió inmediatamente al discurso de Kamala Harris en Chicago, a través de su plataforma Truth Social. Durante su mensaje, cuestionó si Harris se refería a él y enfatizó la importancia de abordar temas como la frontera, la inflación y el crimen en lugar de centrarse en hablar solo de su infancia.
Por otro lado, no dudó en Tim Walz, candidato a la vicepresidencia, señalando su pasado como coach de futbol americano: "¡Era un asistente de entrenador, no un entrenador!"
Recordemos que, Kamala Harris fue criticada por Donald Trump durante su primer mitin al aire libre luego del intento de asesinato, donde la calificó como una "marxista radical" y la acusó de no tener un plan para abordar la crisis en la frontera sur de Estados Unidos con México.